Viajes

Burrolandia – La manera más sana de disfrutar en Madrid.

Tengo la suerte de tener una hermana fantástica que cada vez que voy a visitarla, me lleva a los mejores sitios. La primera vez que subí a Madrid, me enseñó todas las maravillas de la capital, que no son pocas, ya que todo Madrid es precioso. Monumentos, museos, plazas, avenidas, edificios emblemáticos, ciudades, barrios, multitud de centros comerciales, estadios de futbol, cines, pubs, restaurantes, bares, polideportivos, etc. Actualmente conozco muy bien Madrid y sus zonas de ocio, pero en mi última visita a la capital pude disfrutar de Madrid de una manera completamente distinta. El pasado domingo pude gozar de la parte más sana de la capital, fuimos a pasar un buen día al campo, y sobre todo a visitar a los apacibles burros.

Una vez llegamos allí, comprobamos el enorme éxito de dicha iniciativa. El emplazamiento estaba repleto de familias que iban a pasar un feliz día con sus hijos y de la manera más sana posible. Era una estampa preciosa, ver a los niños con sus papás, divirtiéndose con los animales de la granja. Algunos niños reían y otros, los más peques, lloraban por el miedo que les causaba ver a un animal tan grandote acercándose a pedir comida. Y es que aparte de verlos, tocarlos e incluso montar a lomos de los más dóciles, puedes darles de comer. Cuando te veían con una bolsa llena de zanahorias, pan y manzanas (alimentos que suelen tomar) no te dejaban tranquilo ni un instante. Mi hermana y yo sufrimos el acoso de un par de burros, una madre y su hijito cuyo afán era hacerse con la bolsa de comida que llevábamos. Era destronchante, lo pasamos muy bien.

Burrolandia abre sus puertas gratuitamente todos los domingos de 11:00 a 14:00 HH.

Todos los visitantes a Burrolandia podrán disfrutar de una experiencia inolvidable ya que ni por asomo, es lo mismo que un zoo cualquiera. En Burrolandia, puedes relacionarte perfectamente con los animales que allí pululan sin temor alguno, ya que éstos  están correctamente familiarizados con las personas.

Los visitantes pueden relacionarse sin temor con los animales

Burrolandia cuenta con el apoyo incondicional de voluntarios que día tras día trabajan en la finca cuidando de los animales lo cual podemos comprobar estupendamente. Además de burros, podemos ver caballos (en la parte superior, se sitúan las cuadras), perros, gatos, gallinas, cabras, todos estupendamente integrados en el entorno.

Pero aquí no queda la cosa. Cada tres meses, Burrolandia organiza un rastrillo para obtener beneficios y así poder concertar un cariñoso encuentro entre voluntarios y personas dispuestas a colaborar en el cuidado de los animales. Por si fuera poco, los niños pueden apadrinar a cualquier burro y de esa manera, seguir sus andanzas de por vida.

No solo los peques disfrutan en Burrolandia

También podemos comprar algunos recuerdos de nuestra estancia en Burrolandia ya que tienen instalado una tienda de souvenirs de lo más rural. Puedes comprar desde una camiseta con el logo de Burrolandia a un artículo de labranza.

Para quien nunca haya oído hablar de Burrolandia ni sepa dónde está su ubicación, le facilito de ante mano los datos:

Saliendo de Madrid, hay que tomar la autovía de Colmenar Viejo M-607 y coger el primer desvío de Tres Cantos, que se encuentra en el kilómetro 21 (Tres Cantos-Soto de Viñuelas). Se continúa siempre por la derecha, en el orden indicado de la marcha. A unos dos kilómetros se deja a la izquierda una gasolinera BP.

Tres kilómetros más adelante se llega a la entrada del Castillo de Viñuelas. De allí parte un camino de tierra, por el que continuaremos en dirección recta hasta completar unos 400 metros. Se efectúa entonces un giro hacia la izquierda, tomando como referencia el cartel (frontón y de burros). A continuación hay que atravesar un mini-puente situado sobre los tubos del Canal de Isabel II. A unos 700 metros, sin dejar este camino, se localizan las instalaciones de Burrolandia.

Vayan, os lo recomiendo con mucho gusto. Yo lo pase genial, jamás olvidaré el buen día que pasamos. Me hice muchísimas fotos, me reí mucho, y lo tengo muy claro, volveré a ir.

Un abrazo.