AVANTASIA en Madrid. El mejor concierto al que he asistido en toda mi vida

Toby, Atkins y Kiske. Como podéis comprobar, viví el concierto muy de cerca
Llevo desde los catorce años asistiendo a conciertos y estoy a punto de cumplir treinta. Son muchos años yendo a conciertos y jamás me había sentido como el domingo pasado viendo el show de AVANTASIA en Madrid. Tres horas y cuarto de concierto y trece estrellas del Rock encima del escenario. Cuando digo que es el mejor concierto al que he asistido en mi vida no lo digo sólo por lo bien que sonaba el directo, las voces, los instrumentos o por lo mucho que me gustaban las canciones, lo digo por la energía que trasmitía cada uno de los artistas que formaban semejante plantel. No se comportaban como meros invitados, sino como lo que son, una pandilla de amigos que henchidos de ilusión y ganas se juntan para tocar buena música. Toda esa energía que trasmitían se fusionaba con la ilusión del que va a asistir a un concierto deseando que empiece. La química entre esos artistas y los que allí nos encontrábamos, era única. Uno no podía esperar menos sabiendo que se daban cita a tantos artistas de renombre en la escena Rock/Heavy. Ah, y antes que se me pueda olvidar, semejante concierto a un módico precio de 40 euros. Nada, pero que nada mal. Llevo enamorado de AVANTASIA desde el lejano año 2001 que disfrutaba vehementemente de aquella ópera prima, The Metal Opera Part.I, su alter ego fuera de EdGuy. Desde que tenía catorce años no he dejado nunca de escuchar el primer disco de AVANTASIA, es de los discos más significativos para mí, un imprescindible en mi vida. Con el paso de los años ese ambicioso proyecto que veía la luz a principios de la década pasada se iba convirtiendo poco a poco en todo un emblema del Metal actual hasta convertirse en lo que es hoy, un transatlántico del Heavy Metal, el espectáculo más esperado por todos los fieles de esta música, al menos en Europa. Durante todos estos años Tobias Sammet ha demostrado lo que muchos ya pensábamos hace quince años, que él es un genio de la música y que él es el futuro de esta música. Esto mismo tuve la suerte de decírselo en persona en el verano de 2006, cuando disfrutaba del Metalway de Jerez.
El concierto fue impresionante, insuperable. Los músicos y los cantantes congeniaban con el público como si nos conociéramos de toda la vida. A las ganas y energía de estos artistas, sumémosle las canciones que se sucedían una a otra y lo bien que sonaban en directo. Hablo ahora de los temas que componen el mundo de AVANTASIA, dejando un poco bastante olvidado la segunda parte de su Metal Opera, el setlist estaba compuesto de temas desbordantes, desde su primer trabajo hasta los últimos, haciendo en éstos más hincapié y dejando las canciones más emblemáticas de los clásicos para la recta final. Cada canción era recibida con mayor ímpetu que la anterior, porque cada uno de los temas que sonaban eran una ola que crecía más y más. Temazo tras temazo, temazo tras temazo. Los que conocemos bien la discografía de Sammet con AVANTASIA sabemos de sobra que este proyecto está repleto de canciones hímnicas, de estribillos poderosos y melodías que no se te quitan de la cabeza. Yo personalmente tomé la opción de no saber qué setlist venían trayendo, quería que la sorpresa fuera mayúscula y sentirme más apasionado al escuchar los primeros acordes de cada canción. No es la primera vez que lo hago y, si eres un asiduo de los conciertos, créeme, es un subidón.

El gran Bob Catley
Antes de detallar la que fue una velada para el recuerdo, quiero dedicarle esta humilde crónica a mi amigo Néstor, que vino desde Ferrol para disfrutar juntos de este grandísimo concierto y con el que me lo pasé en grande, es todo un señor del Norte, y a mi querida Jazmín, por desear haber estado conmigo esa noche, pero que lo estará más adelante en muchos conciertos más, de eso no hay duda. Michael Kiske es la voz del Power Metal y una de las voces más prodigiosas. Qué barbaridad. Esto me daría para mucho de qué hablar, porque bien es cierto que su vuelta a los escenarios es de hace unos pocos años y su voz no ha sufrido largas giras durante décadas, conservando así una voz que recuerda por momentos a la de aquél Kiske de dieciocho años que con su enorme melena y llamativos pantalones iba de gira por medio mundo presentando los Keepers. ¿Qué hubiera pasado si no le hubieran expulsado de Helloween? ¿Y si durante tantos años no hubiera renegado del Metal? ¿Dejó perder tanto talento? Esto es harina de otro costal, y aquí vengo a hablaros del excelente concierto de AVANTASIA. Pero lo siento, para muchos, este tipo ha sido el cantante de muestra adolescencia. Y es por eso que tras deciros que con Michael Kiske todos lo flipamos en colores, sin desmerecer a ninguno de los que en ese escenario daban lo mejor de sí, tengo que deciros que Jorn Lande fue el amo de la noche. No me lo esperaba, nunca había visto a Jorn Lande en directo y me dejó impresionado. Todos tuvieron su protagonismo, Tobias Sammet supo ser un buen anfitrión y supo tejer la función de manera que cada uno de ellos se luciera como mejor sabe. Pero, Jorn Lande y Michael Kiske fueron los dos colosos de la noche, y si no que venga alguien y me lo discuta.
Tobias Sammet estaba pletórico, su rostro siempre sonriente exhibía satisfacción, parecía sentirse como un padre orgulloso de ver triunfar a su hijo. Ya son siete discos, señor Tobias, siete discos de AVANTASIA y todos de una calidad casi inalcanzable para la mayoría de artistas y grupos de este estilo. Muchos tenemos que esperarnos a que salga lo nuevo de AVANTASIA para poder gozar de canciones con semejante fuerza y melodías. Durante aquella noche, Tobias sonreía, miraba al público con gestos de sincero agradecimiento, siempre amable, pero también era muy visible la admiración con la que Toby se dirigía a sus invitados, cómo los miraba y cómo les hacía participar dándoles su merecido lugar en el escenario. El genio de Tobias Sammet disfrutaba en el escenario de la compañía de artistas que fueron y son sus ídolos, como el entrañable Bob Catley, Eric Martin o Michael Kiske. Se sentía privilegiado por ver hasta dónde ha llegado lo que comenzó siendo un disco de colaboraciones hace casi veinte años, y lo que es ahora. Y seguramente también se sintiera asombrado, desde luego bien lo parecía, tanto como nosotros, al ver toda esa la magia que se creaba en el ambiente. Yo particularmente jamás había visto algo así en un concierto, nunca había visto tanta comunión entre los músicos y el público. Tobias sabía que eso no se veía todos los días. Además, Sammet cantó muy bien, aguantó esas tres horas y cuarto sin que se le fuera la voz, cosa que ya le ha pasado en ocasiones anteriores, pues en directo su voz no es la de antes. Yo ya le he visto cuatro veces y ésta ha sido la mejor noche que le he visto.

Herbie, Lande y Eric
Las puertas del recinto se abrieron quince minutos antes de lo previsto, a las siete menos cuarto, pero a las ocho menos un minuto, cuando la sala estaba ya repleta de gente, las luces se apagaron y dio comienzo un concierto que nunca olvidaremos. Era la segunda función en La Riviera, la noche anterior habían reventado el aforo de la sala y la anterior habían hecho lo mismo en Barcelona. Tres noches seguidas de trabajo, más de nueve horas de concierto en tres noches seguidas. Mi temor era que se les notara el cansancio, y qué memo fui al pensar eso, porque a las ocho de la tarde sonó Mystery of a Blood Red Rose y de ahí en adelante, no cerraría la boca durante todo el concierto. Me tuvieron más de tres horas embobado, emocionado, efusivo e infatigable, si por mí hubiera sido, nada más terminar el concierto les habría pedido que lo comenzaran de nuevo, eso era sensacional. Tras interpretar la canción con la que se presentaron a Eurovision, comenzó el segundo tema de la noche, Ghostlights, junto a Michael Kiske. Al verle salir al escenario, con sus típicas poses y esa voz única, la gente se volvió eufórica. Yo era la primera vez que veía a Kiske en directo y fue una toda una experiencia para mí. Y llegados a este punto no puedo olvidarme de los grandes músicos como Sascha Paeth, guitarrista y productor que durante todo el concierto se mostró sonriente y con toda profesionalidad llevó el peso de musical del concierto junto a Oliver Hartmann, haciéndonos disfrutar con sus magníficos solos de guitarra. Comenzó Invoke the Machine y era tiempo para el gran Atkins, líder de la banda Pretty Maids. Sigo a esta banda desde hace años pero nunca he tenido la oportunidad de verles en directo. Y ahí estaba el señor Ronnie Atkins, como si fuera su primer concierto, totalmente entregado. Tal era su actitud que se llevó todos mis vítores, me encantó cada vez que salía al escenario. La actitud de un viejo rockero por el que no pasan los años. Mientras, debo hacer mención a la bellísima Amanda Somerville, pues, aunque luego tendrían mayor protagonismo, durante todo el concierto se dedicó, junto a Herbie Langhans, a hacer los coros de las canciones en la parte posterior izquierda del escenario. Amanda no paró de sonreír y de mover su preciosa melena rubia. Su presencia daba más brillantez y notoriedad a este espectáculo.

La bella Amanda Somerville
Y ahora, junto a Atkins y Kiske en el escenario, Tobias Sammet presentó Unchain the Light, otro de los grandes temas de su último trabajo Ghostlights. El principio de esta canción me viene genial para hablaros ahora de un par de músicos que se llevaron la admiración de todos los allí presentes por su entrega y buen rollo durante el show, y me refiero al teclista Miro Rosenberg, que sentado junto a Herbie y Amanda, inundaba nuestros oídos de melodías y se mostraba siempre simpático, como simpático y bastante loco es Felix Bohnke a los parches. Batería de EdGuy desde 1998, lo es también en AVANTASIA y tuvo momentos bastante graciosos a lo largo del show. Nosotros estábamos en cuarta fila, justo delante de la batería y nos hartamos de doble bombo. Comenzaba acto seguido el que sería uno de los momentos más agradables del concierto, ver aparecer por el escenario al señor Catley (Magnum) interpretando ahora el tema A Restless Heart and Obsidian Skies. Con 68 años ahí estaba Bob, con esa elegancia casi decimonónica y con esa voz tan peculiar, interpretando uno de los temas más bonitos de AVANTASIA junto a Tobias Sammet. Lloré, os lo confieso, en este momento, sobre todo justo al estribillo, lloré. Y tras este idílico momento, comenzaron los acordes de The Great Mystery y juntos volvieron a dejarnos el corazón como un puño. Impresionante. Creedme, es difícil escribir al detalle lo que uno podía sentir en ese momento. Si ya me encontraba cerca del escenario, como el que no quiere la cosa me iba acercando más, ambicioso, quise sentir más de cerca lo que jamás olvidaría. La actitud del señor Catley a sus casi setenta años era excelente, y ya quisiéramos muchos llegar a esa edad así.
Y a continuación, otro momentazo de la noche, comienza a sonar The Scarecrow y entra en escena el que sería el jefazo mayor durante toda la noche, el gran Jorn Lande. Repito que no pretendo desmerecer a los demás, pues sería imposible a la par de estúpido por mi parte, pero Jorn Lande nos guardó a todos en su bolsillo e hizo lo que quiso. Este hombre hacía que cada vez que pisara el escenario no quisieras apartar la vista de él, pues a cada instante le ponía una entrega y una pasión descomunal. Y con toda esa energía, dieron paso a otro plato fuerte, Lucifer. En esta ocasión la voz rasgada de Lande se cubría de todo sentimiento para dar comienzo a una canción que luego se torna rápida y contundente. Uno de los mejores temas del último disco. A continuación uno de los tantos momentos cómicos del show. Oliver Hartman intentaba darle lecciones de acordes a Sammet a lo que éste se mostraba arrogante como sabiéndolo hacer todo. Tras ello, Oliver ya no sólo se lució con las cuerdas, sino que también lo hizo como cantante, ahora con el tema The Watchmakers’ Dream, perteneciente al penúltimo trabajo, The Mistery Of Time. Tras esto, juntos dieron paso al que fue otro de los momentos más emotivos para mí. Las luces se apagaron, una pequeña luz iluminaba la escalera central situada en el escenario, y ahí estaba, uno de mis cantantes favoritos, Eric Martin (Mr.Big) dando comienzo a What’s Left of Me una de las canciones más bonitas de AVANTASIA, perteneciente al mismo disco que la anterior. Era la segunda vez que disfrutaba de la voz de Martin en directo, pero esta ocasión era algo más especial, era una noche muy especial, demasiado única. Ver a tantos grandes cantantes juntos. Qué maravilla, amigos míos. La inigualable y extraordinaria voz de Eric retumbaba en nosotros para luego aparecer Sammet y encumbrar aún más esta preciosa canción.

Sascha y Oliver
Sutilmente se dio paso al que sería otro clímax de la noche, The Wicked Symphony, canción que congregó a Oliver Hartmann, Jorn Lande, Amanda Somerville, Herbie Langhans y Eric Martin (en esta ocasión sin Tobias Sammet) y que hizo las delicias de todos los allí presentes. Era turno ahora para Draconian Love, uno de los nuevos temas del último disco y que a las primeras escuchas recuerdo que no me convenció. Luego le tomé el gusto y sobre todo, me acabé enamorando de la voz de Herbie, que hasta la fecha, me era totalmente desconocido. Su momento en el concierto me sirvió para, cómo no, volver a deleitarme pero también, para conocer a otro artista más. Herbie Langhans y su portentosa voz me ha llevado a conocer un grupo que se me había escapado por completo, Sinbreed, que recientemente han presentado nuevo disco, Master Creator. Volvería el orgasmo colectivo en esta ocasión con Farewell interpretado ahora por Amanda Somerville de la mano de Michael Kiske y Tobias Sammet. Poco puedo deciros de esta canción que no sepáis ya, solo que en directo te deja el vello de punta desde el primer segundo hasta que acaba. Alucinante. Como alucinante fue el siguiente tema, Stargazers, mi preferido de Angel of Babylon y que contó con la participación en el escenario de Kiske, Atkins, Lande y Hartmann y que fue de los más grandes y mejores momentos de la noche, porque justo después, llegarían con Shelter from the Rain con Kiske y Catley a las voces. Como podéis comprobar, son grandísimos temas que se suceden uno a otro, haciendo que la euforia no cesara ni por un instante. Como ya comentara en mi reseña del Ghostlights no hace mucho, AVANTASIA es de esas pocas máquinas generadoras de majestuosos e inigualables temas, de esos que muchos grupos darían lo que fuera por tener en sus discos, una máquina que se mueve por el accionar de una manivela sujeta por el que es el personaje más perspicaz y extrovertido de este mundillo del Rock/Heavy a día de hoy, Tobias Sammet.
Tras la epicidad y la veleidad de Shelter from the Rain, le llega el turno a The Story Ain’t Over donde vemos a Catley en el escenario interpretando uno de mis temas favoritos de los últimos discos de AVANTASIA. Tras dos horas de concierto, aún estaba algo lejos de acabar, y Let the Storm Descend Upon You, el que por unanimidad es el mejor tema del último disco, comenzaba. Lande y Ronnie Atkins elevaron este tema a mayor categoría con su interpretación en directo y fue otro de esos momentos cumbres de la noche. Y siendo el jefe Lande de nuevo el protagonista, que además, entre canción y canción, se dirigía a nosotros con amables palabras, nos regocijamos con el que es mi tema favorito, Promised Land. Todos los temas sonaron estupendamente pero este fue el que más, lástima que este concierto no esté gravado en DVD con alta calidad porque fue verdaderamente exultante. Esta actuación fue el preludio de otro de los platos fuertes de la noche, Reach Out for the Light, con un Michael Kiske entregadísimo, haciendo alarde de su chorro de voz y mostrando a todos por qué él es y será la voz del Power Metal. Tras esta canción hubo una pequeña pausa donde Tobias bromeaba con el público sobre la manera de cantar de Kiske. Y acto seguido, la canción que da título a este proyecto, la canción que nos hizo enloquecer en nuestra adolescencia, la que más nos hizo soñar y vibrar, Avantasia. Entre mis recuerdos, aún me veo con total nitidez, siendo aquel adolescente que con temas como este se adentraba en una senda que me conduciría a un frondoso bosque del que jamás querría salir, un pequeño paraíso musical llamado Heavy Metal. Tobias Sammet, entre otros, tiene la grata culpa de provocar en mí esta pasión interminable de querer disfrutar mientras viva de este estilo de música.

Sascha y Michael Kiske
Los últimos pases eran para Twisted Mind, mi tema favorito del álbum The Sacrecrow, interpretado por Eric Martin y Atkins. Disfrute como un poseso, creedme. Escuchar esta canción con Eric Martin fue para mí algo bestial. No dejaba de dar botes y cantar a grito pelao el estribillo. Tras esta enorme canción, Eric se quedó unos minutos bromeando con Toby, diciéndole que la música de éste estaba muy bien, unos temas cojonudos, pero todos hablaban de dragones, y…¡Ninguno hablaba de sexo! ¿Por qué no hay sexo en tus canciones, Toby? ¡Enorme, Eric! Y así es como se dio paso a Dying for an Angel, canción que otrora cantara Klaus Meine (Scorpions) y que ahora, en mi opinión, mejoraba con la voz de Eric Martin. Su versión la hizo aún más preciosa dejándonos a todos atónitos. A mí al que más.
Cuando ya llevábamos tres horas de concierto, se plantó Sammet en mitad del escenario para cantar Lost In Space, también, otro de los mejores y más demandados temas de AVANTASIA y que personalmente me trae unos muy bonitos y buenos recuerdos. Aprovechó Tobias ese momento para presentar al elenco de artistas que lo acompañaban. Tras ello, la manera de finalizar un show así tendría que ser por todo lo alto y Tobias no supo elegir mejor cómo hacerlo. Estuvo de lo más acertado haciendo que todos se subieran al escenario para cantar juntos un Sign of the Cross y The Seven Angels, ambas canciones entremezcladas como si de una sola se tratase. Cuando los trece artistas se subieron juntos a cantar Sign Of The Cross no hubo en la sala un corazón que no latiera con fuerza, pero cuando sonó el estribillo de The Seven Angels interpretado por 13 estrellas del Rock, no hubo una sola alma allí presente que no se dejara llevar a la locura.

Escuchando The Seven Angels como jamás lo habría imaginado
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