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¡Gareth Bale nos trae La13!

Fuente: Antena3. com

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Anoche Gareth Bale fue el protagonista de otra noche histórica para el Real Madrid, otra noche de gloria, otra noche de fiesta para la familia madridista. Nadie daba un duro por Karim Benzemá ni por Gareth Bale, los dos tenían el cartel de transferibles. Ni la prensa, ni la afición, ni si quiera los directivos del Real Madrid apostaban por ellos dos. Su rendimiento a lo largo de esta temporada ha sido insuficiente. Karim no puede ser el delantero centro del Madrid y marcar sólo seis goles. Ese no es el delantero centro que necesita un equipo como el Madrid. Karim no puede vivir de hacer una o dos buenas jugadas al año. Es un futbolista que desde hace muchos años presenta una irregularidad que al madridismo ya ha hartado. Con Bale no sucede lo mismo. Las veces que ha jugado no lo ha hecho bien, pero eso se ha debido a sus lesiones y a los pocos minutos que Zidane le ha dado. Pero anoche Gareth Bale demostró que estando a su mejor nivel, es imparable. Y así ha sido, tras jugar a un buen nivel en los últimos partidos de Liga, tanto que hasta abrió el debate de si debía ser él o Isco el titular en la Final de Kiev. Isco, también tocado por una leve lesión, era objeto de especulación entre la prensa y la afición. Bale ante el Celta y el Villareal lo hizo sensacional, por eso los madridistas, muchos de ellos, apostaban por que el galés fuese titular. Yo entre ellos. También en estos días previos a la final hubo otra opinión generalizada: Karim debía estar en el banquillo. Nada de eso sucedió. Anoche Zidane apostó una vez más por la BBC para el ataque y reforzó el medio del campo con Isco.

Y qué cosas. Los dos futbolistas más señalados, más cuestionados y hasta despreciados, son los que nos han regalado una nueva Copa de Europa. Anoche el gato francés demostró ser un pillo del área, nos contentó a todos con sus goles en la semifinal contra el Bayern, pero nadie se esperaba el partidazo que hizo ayer en Kiev. Pero Bale…el galés. ¡Madre mía! ¡Para este se le fichó! Son jugadores que marcan la diferencia. Escribí al finales del verano pasado sobre Gareth Bale y su complicada situación en el equipo blanco. O espabilaba, o se vería fuera del Madrid. Nunca hemos visto al Gareth Bale del Tottenham, en parte por que no juega en la misma posición que jugaba en los Spurs. Si bien es cierto que la primera temporada de Bale en el Madrid fue muy buena, dándonos con sus magníficos goles la Copa del Rey ante el Barça en la Final de 2014 (Barta, ¿te acuerdas?), y La Décima en Lisboa, los años siguientes han sido algo mediocres. Las lesiones, la poca continuidad, la falta de confianza. Todo hacía que Bale no estuviera ni física ni mentalmente al cien por cien. Hasta anoche. Una increíble chilena, mucho más complicada que la de Cristiano Ronaldo frente a la Juventus pero estéticamente no tan bella, nos dejó a medio mundo con la boca abierta. Por si fuera poco que con ese gol acariciáramos nuevamente el título más deseado por los clubes, al rato nos volvía a deleitar con una de sus especialidades: un misil desde la banda derecha, un balón propulsado por su zurda que fue imparable para el portero del Liverpool, Karius, qué menuda noche para el pobre chaval. Sus errores cometidos lo dejarán estigmatizado de por vida.

Fuente: MundoDeportivo.com

Fuente: MundoDeportivo.com

El costarricense fue nuevamente protagonista anoche. Sus paradones, a lo largo de toda la competición, son los que también nos han llevado a ganar La Decimotercera Copa de Europa. No necesitamos a ningún portero este verano. Lo llevo diciendo años, Keylor Navas es el portero que necesitaba y necesita el Real Madrid y espero que siga con nosotros unos años más. Lo mismo digo de Kiko Casilla, gran portero para jugar la Copa del Rey. Deben quedarse, sin duda.

Volviendo a Bale…¿Qué queréis que os diga? Su fichaje me maravilló. Ya he comentado en Anhelarium que a este jugador lo seguía desde que comenzaba a despuntar en el Tottenham. Hacía mucho tiempo que un fichaje del Real Madrid no me ilusionaba tanto. Me daba pena verle fuera, me daba pena su situación. Me decepcionaba su desidia, las pocas ganas con las que se le veía. Pero en parte le entendía, es duro ver que no las lesiones te lastran y el tiempo que te dan no es el suficiente para demostrar tu valía. Y anoche el galés demostró lo que vale, demostró nuevamente lo que es: uno de los mejores delanteros del mundo, un gran artillero que deja goles trascendentes, pues es un futbolista que sale en los momentos importantes, un futbolista que hace historia, e historia ha hecho con el Real Madrid. ¿Se quedará? Creo que el crédito perdido anoche lo recuperó de golpe y porrazo. Debe quedarse, se lo merece. Zidane debe contar con él, ahora que vuelve a estar mejor que nunca, para afrontar la próxima temporada. Recoerdemos que en esta temporada que acaba de finalizar, Bale pasó cinco semanas de baja. Creo que se quedará, tiene que quedarse y comenzar la próxima temporada totalmente recuperado. Con él el Madrid sale ganando, y de qué manera. Si no es así, si el galés se nos marcha y regresa a la Premier, sólo me queda darle las gracias, estar eternamente agradecido por habernos dado, con sus golazos, dos Champions.

De Cristiano Ronaldo no voy a decir nada más que, como no fue protagonista durante el partido, lo quise ser tras él. No se le vio, estuvo desaparecido, pero ha sido decisivo en este campeonato, es un grandísimo futbolista y es importantísimo para el Madrid. Pero su ego le puede, y justo al ganar una nueva Copa de Europa no puedes ponerte a insinuar que te vas y que te estás despidiendo. Un error por el que pidió disculpas a los pocos minutos, pero de nada sirvió, la magia, en parte, la había partido. Se habla cuando se tiene que hablar, y anoche sólo había que ser feliz y disfrutar. Si CR7 decido irse: GRACIAS Cristiano. El Madrid era grande antes de tu llegada y lo seguirá siendo tras marcharte. Pero Cristiano sabe que pierde más el que el Madrid si decide irse. Sabe que en ningún otro club podrá ganar tantos títulos, que en ningún otro club podrá seguir agrandando su leyenda. Cristiano tiene las mismas Champions que el Fútbol Club Barcelona en toda su historia, si quiere tener más, igual que si quiere seguir ganando el Balón de Oro, sabe de sobra que debe quedarse.

Días antes del la la Gran Final de Kiev, fuimos campeones de Europa con nuestro equipo de Baloncesto! (¡Dončić, Dončić!), ¡estamos en la Gloria! No hay duda. Estoy loco de contento. Los dos equipos se coronan en Europa juntos. Mi queridísimo Real Madrid, por tercera vez consecutiva, es campeón de la Copa de Europa. ¡Real Madrid 3 – Liverpool 1! ¡Cuatro Champions en cinco años! Sólo el Madrid puede acercarse a sus propios récords. En décadas pasadas ya el Madrid ganó cinco seguidas. Quién sabe si pueden rebatir su propia marca. Ojalá así sea. De todos modos:

¡SOMOS CAMPEONES, SOMOS HISTORIA, LA HISTORIA DEL FÚTBOL LA HACE EL REAL MADRID!

¡HALA MADRID SIEMPRE, AMIGOS MÍOS!

No entiendo cómo aún hay gente que no es del Real Madrid. Las alegrías que nos da este equipo con pocas cosas son comparables. Gracias por tantos y tantos años de alegría e ilusión. 


¡Desde chiquitito!

Primavera de 1992. Ahí estaba yo con mi equipación del Real Madrid. Bueno, equipación…Ese escudo, además de parecer que lo había bordado una manca, era más falso que los penaltis a favor del Barça, o que el doctorado en termodinámica de Kiko Rivera. ¡O más falso que los besitos que te da tu suegra! Pero yo era feliz de mostrar mi madridismo. Lo que nunca entenderé es por qué estaba yo tan doblao en esa foto, que parece que me había hincado una botella de Fino Quinta yo solito. Pero yo no podía ser más feliz de mostrar mi madridismo. Las calzonas desde luego me las colocaba cual torero, hasta los sobacos, aunque, ¿y esas piernas? Con esas piernas que tenía tan escuchimizadas poco fútbol iba yo a mostrar. Me iba a desmontar más rápido que una pieza de Lego, ¡ni Prosinecki oiga! Pero qué feliz estaba de mostrar mi madridismo. Por aquél entonces no tenía ni idea de cuántos títulos tenía el Real Madrid ni del prestigio que ostentaba, pero sí sabía deciros de memoria la alineación de aquél Madrid de Buyo, Zamorano, Míchel, Hierro…

Hoy, a mis 31 años, disfruto de ver jugar al Madrid como cuando era pequeñito. Sigo llorando de emoción cuando veo a los blancos levantar un título, como también lloro de rabia cuando soy testigo de sus derrotas, de esas que duelen, aunque por suerte, de esas hay pocas. En estos últimos años los madridistas hemos podido emborracharnos de alegría al ver a nuestro equipo levantar tres Copas de Europa, las dos últimas seguidas. El Real Madrid es el club con más copas europeas, doce. Fue el único en ganarla en cinco ocasiones consecutivas (1955-56, 1956-57, 1957-58, 1958-59, 1959-60) y ya en el formato actual de la Champions League, es el único equipo en conquistar el título dos años consecutivos (2015-16, 2016-17). Llevamos unos años donde el Real Madrid sigue marcando a fuego su sello en la historia del deporte. Qué afortunado somos de vivir momentos tan únicos. Me vuelve loco ver jugar a mi Madrid, y qué os voy a contar cuando lo veo hacer historia. Historia que tú hiciste, historia por hacer… Ni si quiera sabría deciros por qué me hice del Real Madrid. Quizás me viera influenciado por la gran cantidad de madridistas que hay en mi querida ciudad, pero sinceramente, no lo siento así. Sí recuerdo el sentirme enamorado de ver a los jugadores lucir el color blanco como nadie, me encantaba imaginarme jugar al fútbol ante la atenta y vehemente mirada de miles de personas que no paran de animar. Aún hoy, cuando cierro los ojos antes de quedarme dormido, me gusta imaginarme vestido de corto jugando en el Santiago Bernabéu, marcando goles y celebrándolos con la afición. Sigo siendo ese niño que, sin tener hechuras de futbolista, sigue soñando que es uno de ellos.

¡HALA MADRID SIEMPRE, AMIGOS MÍOS!

 


El último partido de Raúl, el adiós de una leyenda del deporte. Gracias, eterno capitán

La otra noche te vi jugar, querido Raúl, el que sería tu último partido como futbolista. La pasada madrugada del 16 de noviembre me encontraba pegado a la televisión, totalmente emocionado, expectante, viéndote levantar tu último título. ¡Qué merecido lo tenías! Conseguiste meter a tu equipo, el New York Cosmos en la final de la NASL. En el minuto 61 del pasado día 7 de noviembre, contra los Strikers de Fort Lauderdale, metiste el gol que os daba la victoria y el pase a la final. Menuda manera de retirarte Rulo, luchando por otra final, otra nueva gesta en tu envidiable trayectoria. Desde ese mismo momento, contaba los días para poder disfrutar una última vez de tus jugadas, esas tan inesperadas e imposibles para muchos, de esas triquiñuelas, como tú siempre las has llamado, esas que tan bien se te dan y que nos han dado tantas alegrías a los que siempre te hemos seguido con admiración, ya lucieras la camiseta de nuestro querido Real Madrid, o la del Schalke 04, Al-Saad, o por último al del NY Cosmos.

Celebré los tres goles de Cellerino, uno gracias a un gran pase tuyo, como si el Cosmos fuera el equipo de mis amores de toda la vida. Cuando la verdad es que sólo he visto sus partidos por ti, porque de nostalgia nadie me curará nunca, y sigo siendo aquél niño que se deleitaba viéndote, viendo al más listo de la clase hacerle esos quiebros a los porteros, dejándoles en ocasiones sentados y es que, ¿a cuántos equipos les has hecho goles, querido Raúl? ¡Cuántos chirlazos se han comido los porteros que te ponían en frente! El 7 del Madrid, el eterno capitán. Nuestra referencia en ataque durante todos los años que estuviste en el Real Madrid. Ya hiciera el club el fichaje que hiciera para la delantera, los madridistas sólo ansiábamos verte marcar a ti los goles de la victoria. El equipo nos emocionaba, nos ponía los nervios a flor de piel, pero tú eras el que nos ponías el vellito de punta, el que nos hacías llorar de la emoción.

 

La otra noche te vi jugar, querido Raúl, tu último partido. No voy a entrar a detallar tu trayectoria, pues de perdurable y de triunfante me quedaría un artículo sumamente largo. Pero tampoco mencionaré tus números, no hace falta Raúl, tus estadísticas las conocemos bien los que amamos este deporte, no hay nada que nadie no sepa a estas alturas. Yo, el adulto que ahora soy, y el niño que fui y que sigue dentro de mí, tan sólo queremos que estas líneas que escribo tengan como único fin el trasmitirte nuestra entera y por siempre eterna gratitud. Y es que aún sigo viendo a ese niño que brazos en alto gritaba y celebraba aquél gol con el que mandaste a callar a todo el Camp Nou que quedó silenciado por esa garra que siempre has demostrado en los terrenos de juego. Te recuerdo siendo ya un imberbe adolescente levantando la Novena Copa de Europa y ahora, a mis casi treinta años, soy testigo de cómo ganas la North American Soccer League. Te marchas levantando nuevamente un trofeo y con lágrimas en los ojos veo cómo tus compañeros de equipo te mantean y celebran especialmente contigo la victoria, tu última victoria.

Querido Raúl, llevo años anhelando volver a ver en el Madrid a un futbolista como tú. Desde que te fuiste no hemos vuelto a ver a alguien mínimamente parecido a ti. Por tu manera de tratar a tus compañeros y a tus rivales, no sólo echamos en falta tu manera de jugar, no sólo nos faltas como futbolista sino que también nos faltas como capitán. Eres el futbolista que más clase y elegancia ha demostrado en el césped. Por eso, querido capitán, considero que aún tienes mucho que ofrecerle al fútbol. Este deporte te necesita. Has colgado las botas pero tus valores no desaparecen, esos van contigo allá donde vayas. En estos días, donde en muchos vestuarios no se respeta la figura del capitán como antes, donde se le cede el brazalete a quien sea, y las instituciones deportivas se vienen abajo por la corrupción y los partidos están más politizados que nunca, necesitamos a gente como tú. Los que adoramos este deporte, necesitamos que te mantengas cerca. Y es que no sólo eres leyenda viva de nuestro adorado club, el Real Madrid, eres un grande de la historia de nuestro deporte. El buen futbolero, sea del equipo que seas, sabrá reconocer tu saber estar, tu trabajo y sacrificio, y tu pasión por el balón, valores que te han hecho llegar a lo más alto en la historia del fútbol mundial.

Querido Raúl, ¿sabes lo que más me gustaba de ti? Que entre todas esas estrellas y fichajes millonarios, de entre todos esos futbolistas colmados de fama y ego, el que acababa siempre destacando eras tú, porque la pasada madrugada del 16, a tus 38 años, todavía podíamos ver a aquél joven que debutó en la Romareda con 17 años y que durante dos décadas ha disfrutado del fútbol de élite jugando como el que juega en su barrio con los amigos. Has disfrutado del fútbol con toda la humildad y sencillez.

Gracias, eterno capitán.