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Concierto de Sôber en La Riviera, Madrid. ¡Una noche para no olvidar jamás!

Desde el pasado mes de noviembre tenía mi entrada comprada y desde entonces ya estaba algo nervioso por lo que suponía para mí saber que tendría la inmensa fortuna de poder estar con ellos encima del escenario. Sôber se convirtió sin esperarlo en mi grupo español favorito desde que escuché por primera vez ese Paradysso hace ya más de quince años. Era yo un adolescente imberbe cuando sentía la constante necesidad de escuchar su música y dejarme envenenar por sus letras.  Y así ha sido. La pasada noche estuve con Sôber en el escenario. Sí, así, como leéis y podéis ver. Una experiencia única, irrepetible e inolvidable. Compartir un momento así con mi grupo español favorito se me hace difícil de describir. Estaba desbordado de alegría y excitación. Gracias Sôber, por el grandísimo concierto, por tantos y tantos años de buena música y por supuesto, por hacernos vivir algo tan bonito anoche. Jamás lo olvidaré. Tuvimos la suerte de poder conocerlos en persona y qué decir, son lo que siempre han transmitido ser, unas personas excepcionales, amables. Carlos, eres un tío extraordinario, siempre tan humilde y cercano.

Fue como una noche de Reyes, los fans que estábamos allí no podíamos pedir más, imposible sentirse insatisfecho. Los que adquirimos las entradas VIP estábamos citados a las 16:30 en la sala La Riviera para poder presenciar la prueba de sonido del grupo, conocerles, charlar unos minutos y fotografiarnos con ellos. Por si fuera poco, nos regalaron una camiseta del nuevo disco y subimos al escenario a ensayar con ellos la última canción, la que pondría el broche final a aquella noche que aún aguardaba. Hasta que se abrieron las puertas de la sala pudimos estar todo el tiempo dentro y también fuimos testigos del ensayo de los dos grupos que telonearon el viernes a la banda de Carlos Escobedo: la agrupación madrileña Contrabanda3Trie State Corner, venidos desde Grecia.Muy buenos ambos, me sorprendieron bastante.

El concierto estaba a punto de comenzar, pero antes, una sorpresa más: disfrutamos en primicia el nuevo videoclip de la canción Estrella Polar, una de las más espectaculares del último disco, Vulcano. Y con el tema que da nombre a este último y gran trabajo de los madrileños, comenzaba el concierto que todos llevábamos esperando desde hacía tiempo. El sonido, como siempre, espectacular. La primera vez que los vi en directo fue en la primavera del año 2003 y recuerdo que de las primeras cosas que dije tras el concierto fue lo bien que sonaban en directo. El viernes sonaron como siempre y yo disfruté como nunca. El setlist elegido contentó a la mayoría, y no digo a todos porque sé que para algunos resultó algo moñas. Nunca llueve a gusto de todos, pero desde mi mi humilde opinión, el combo de canciones elegidas fue de lo más acertado. Repasaron grandes temas de todas sus etapas y eso es justo lo que debe hacer un grupo que lleva tantos años encima de los escenarios y con tantos éxitos a sus espaldas. Como podéis ver en el vídeo, abrieron con Vulcano y, además de apreciarse lo entregadísima y emocionada que estaba la gente allí presente, se ve a unos Sôber con ganas de comerse la noche. Con este primer tema sonaron de lujo, al que le siguió otro tema de su última obra, Irreal, quinto tema de este nuevo disco y del que ya os hablé en Anhelarium no hace mucho. Para mí vulcano es un trabajo de mayor calidad y sobre todo más maduro que Letargo, pero sin que llegue las cotas de Superbia que, junto a Paradysso, me resultan los mejores discos de la banda. Tras estos dos temas, regresaron a 1999 para tocar uno de los más conocidos de aquellos jovencísimos Sôber: Loco, de su segundo disco, Morfología.

Amaranthe + Sonic Syndicate + Smash Into Pieces 
KATATONIA en Madrid
Muchos suecos y buen Metal electrónico  + VOLA + AGENT FRESCO

La actitud de la banda fue de total entrega desde el minuto uno, pero tras estas primeras canciones se les vio mucho más cómodos, quizás por la tranquilidad que da saber que el sonido acompaña y todo es propicio para que el concierto salga a pedir de boca. Llegó el turno de Sombras, tema inédito para cumplir su veinte aniversario y que publicaron en 2014. Carlos Escobedo presentaba el siguiente tema, uno de mis preferidos de Superbia, le tocaba el turno a Fantasma. El publico asistente recibió los primeros acordes de esta canción con mucha euforia, es sin duda uno de los mejores temas del grupo de estos últimos años. Sonó de escándalo y Carlos estaba que se salía, no sólo por su calidad como músico y por esa voz tan prodigiosa, sino por esa actitud que lo hace ser un gran frontman, siempre interactuando con los allí presentes, simpático, bromista, invitando al público a darlo todo. Papel mojado, uno de los platos fuertes del nuevo disco, fue otras de las más celebradas por todos, el primer medio tiempo de la noche. Escuchar esta canción tan sensible y cargada de esa melancolía tan característica de Sôber en directo es una verdadera maravilla: Soy el único actor que sufre y llora, con cada historia de amor. Quiero ser el escritor que sangra y siente con cada letra el dolor. Me dejé la voz cantando estos versos que me erizan la piel. Regresamos ahora al 2001 con Oxígeno, de su tercer disco de estudio, Synthesis. Pura nostalgia de aquellos Sôber. Como dijera, el repaso que dieron a su carrera musical fue más que acertado. Su siguiente tema fue Blancanieve, single de su anterior álbum, Letargo. Con este tema La Riviera estaba que se caía. La gente mostraba una atractiva conexión con la banda. Volvimos a Superbia para disfrutar en directo de Umbilical, donde Sôber se luce con este tipo de temas tan cañeros. Y antes de la primera parada para tomar aire, nos regalaron otro  tema magistral, Hombre de hielo de Reddo, disco de 2004.

Me hizo mucha gracia al mismo tiempo que curiosidad ver cómo presentaba Carlos esta canción: Esta canción es de nuestro disco Reddo, sí, psé, Reddo, bah. Lo dijo como quitándole peso a este disco, como haciéndonos saber que sabe perfectamente que no es de sus mejores discos, o que no es un disco que tenga a los fans tan enamorados como con los demás. Con ironía o no, así fue cómo lo dijo. Personalmente este disco no es de los que más me gustan y precisamente el viernes cayó los dos temas más incuestionables de Reddo: Hombre de hielo y Cientos de preguntas. Volvieron a su nuevo trabajo con Arena, un tema impecable, otro de los grandes temas de Vulcano. Ahora a este tema le tendré un mayor cariño, porque justo al terminar, Carlos extendió su brazo y me regaló su púa personalizada con la que toca el bajo. Llegaron el segundo descanso con Lejos y Arrepentido, dos temas de aquél genial Paradysso. Regresaron al escenarios para calmar las ansias de la gente con un tema excepcional, que ya habíamos podido disfrutar aquella noche antes del concierto: Estrella polar. Uno de los grandes momentos de la noche fue con este tema. No había nadie que no lo cantara. El momento más sensible de todo el concierto. Llegamos a la recta final, con Náufrago y Tic Tac, de nuevo, del grandísimo Superbia. Tirarán siempre de este disco en sus conciertos porque es una joya, sus temas son verdaderas obras maestras del Rock patrio.

Y llegó el momento más ansiado, al menos para mí. Uno de los organizadores nos comentó horas antes del concierto que estuviéramos atentos porque, al comenzar el penúltimo tema, Diez años, debíamos acudir a una de las puertas laterales donde nos juntarían a todos y nos harían pasar al escenario y estar preparados para cantar Heroes, la última canción de la noche y que supondría toda una fiesta encima de las tablas. La banda junto a sus fans cerraron una noche de ensueño. Meses he estado imaginándome cómo sería este momento, suspirando porque llegara ya el 31 de marzo. Minutos antes de salir al escenario me temblaban hasta las orejas. Los que me conocen saben que sufro de ese absurdo miedo escénico, pero al verme con bastante más gente y con las ganas que tenía, en ese momento lo único que quería era vivir intensamente la oportunidad que nos brindaba Sôber, una oportunidad de oro que los fans nunca dejaremos de recordar y agradecer. Creo que sobran las palabras, que demasiadas ha habido ya en esta nueva entrada de blog, y más para intentar describir aquellos minutos. Mejor, véanlo con sus propios ojos. Sólo decir que ni queriendo, me hubiera salido un vídeo tan cojonudo. Sin querer corté la grabación, pero menos mal que ya llevaba casi cinco minutos y pude registrar para siempre algo así. Aquí lo tienen:

¡Larga vida a Sôber!


Sôber – Vulcano [2016]

Es mi banda nacional predilecta, jamás un grupo español me había llegado tanto como Sôber. Dos años después, estos músicos despiertan de su letargo y regresan nuevamente a escena con otro gran disco que hace las delicias de todos los que llevamos años y años siguiendo con atención a los hermanos Escobedo. Escribir la crítica de ciertos discos me despierta una ilusión especial, y es justo lo que me pasa con esta en concreto. Escribir sobre Sôber es escribir sobre mí mismo, porque esta banda lleva casi veinte años amenizando mi vida con su único e inconfundible estilo musical. La voz de Carlos Escobedo evoca infinitos recuerdos en mí pues le ha cantado a incontables momentos de mi vida. La música de estos madrileños lleva acompañándome muchos años y jamás dejará de hacerlo. Así que, disculpa si muchas de mis críticas, o esta en concreto, no suene muy objetiva. Anhelarium es así, no hay nada de profesional, sólo un tipo que comparte lo que le entusiasma con los demás. Y este Vulcano es un disco que meses antes de poder escucharlo ya me tenía muy entusiasmado, sabía que algo grande iban a presentar. Las expectativas con Sôber siempre son altas, y es precisamente porque nos tienen muy mal acostumbrados. No hay disco malo en esta banda, como llevo diciendo años, es la banda que más calidad derrocha de este país.

vulcano-sober-cubierta

Tras esta hipnótica portada volvemos a disfrutar de otro gran disco, enérgico, extremadamente melódico, y con un sonido instrumental que en este trabajo se aprecia mucho mejor, ya que la producción de este Vulcano se percibe mejor elaborada que la del anterior álbum, como también se percibe más protagonismo en los solos de Jorge Escobedo que está que se sale. El single elegido para presentar este octavo álbum de estudio es la primera de este disco y que además le da nombre al mismo, Vulcano, una de las canciones más notorias de este nuevo disco. Acompañado de un buen videoclip, el tema, como cabía esperar, es potente y atesora esas letras melancólicas pero muy esperanzadoras que tantos nos gusta de Sôber. Su estribillo es marca de la casa, no deja de sorprenderme nunca el ingenio de esta banda por haber creado algo nunca escuchado, crearon instrumental y líricamente una fórmula única que mantienen tras más de veinte años de historia pero sin dejar de probar con matices nuevos. Con Enterrado, la segunda canción, notamos esos nuevos matices. En ese vaivén de guitarras rítmicas y aplastantes, se tiene en cuenta ese toque nuevo, un sibilino sonido progresivo. El trabajo de guitarras es magistral, más contundente, y el estribillo nos deja claro que son únicos, en nuestro Rock patrio, haciendo temas cuyas letras son siempre de profundo calado. Los temas siguientes, La escalera supera lo dicho anteriormente y nos deja sabiendo que los ocho temas que nos quedan por delante van a conformar un disco admirable, otro más. Este tercer tema musicalmente recoge una gama de matices, un cóctel rítmico en sus cinco minutos y medio. El viaje calma los nervios, nos sumerge en un tema tranquilo y más apesadumbrado pero no parte en absoluto la armonía del disco, todo lo contrario. Bonito tema, afligido y melódicamente placentero.

Helloween – Chameleon [1993] 
KATATONIA en Madrid
Un disco incomprendido + VOLA + AGENT FRESCO

Irreal, quinto tema del disco, está entre los más seductores del álbum. Me recuerda bastante a Paradysso. Es un tema que merece una detallada mención, porque al trabajo hecho por Manu a los parches, donde es en este tema donde mejor distingo su labor en este trabajo, hay que mencionar la magia en los versos de Sôber, versos sencillos que ponen la piel de gallina cuando están además avezados por una excelente melodía. La guitarra de Jorge es otro elemento a destacar, en el estribillo crea una atmósfera súper melódica y alegre que compagina entona con la nostalgia de esta canción. Heroes, en pleno ecuador de este Vulcano, ofrece la parte más enérgica y festiva del disco. Este tema será sin duda de los más celebrados en directo. ¡No puedo esperar a verles! El épico estribillo y esos coros que lo acompañan, la hacen perfecta.

Click, séptimo tema de Vulcano, recuerda muchísimo a Superbia que, para mí, y habiendo pasado el tiempo, sin duda lo considero el mejor disco de la banda. Y aprovecho este comentario para decir que Vulcano está por delante de Letargo pero sin llega al nivel de Superbia, donde dejaron el nivel muy, pero que muy alto. Y esto no hay que tomarlo como algo peyorativo, todos los grupos sacan discos que con el tiempo les cuesta superar, sin menospreciar lo que hayan publicado con el tiempo. Esto no quita que Vulcano sea un gran disco, lo es, y Papel mojado, su siguiente tema, te invita, inevitablemente, a hacer una pequeña pausa en el disco para volver a escuchar esta magnífica canción, otro de los platos fuertes de Vulcano. Papel mojado es el tema más emotivo del plástico junto a Estrella polar, una bella composición de los hermanos Escobedo, un tema cadencioso y muy afinado, henchido de sentimiento y mucha melodía tras esos románticos versos.

Soy el único actor que sufre y llora con cada historia de amor. 
Quiero ser el escritor que sangra y siente con cada letra el dolor. 

Recta final de este octavo disco de Sôber. Arena fue uno de los temas que adelantaron tiempo antes de la salida del disco. Yo me negaba a escucharlo, no me gusta escuchar por fascículos un disco al que le tengo tantas ganas. Cuando ansío tanto escuchar un disco, quiero hacerlo entero, en su totalidad. Pero leía los comentarios de la gente en las redes sociales y, Arena, dejó de uñas a todos. No había nadie que no elogiara esta canción. Cuando escuché el disco por vez primera y llegué a esta canción, lo comprendí. Es algo atípica en Sôber, no es el mejor tema que han hecho, quizás no entre ni en el top10, pero tiene algo que gusta a rabiar. De nuevo, resurge esa vena progresiva en esta canción que, con ella, nos regala otro estribillo con el que embelesarnos. Le sigue Estrella Polar, otra tierna canción, más pausada y sosegada que Papel mojado. Una bonita balada donde un piano es  el protagonista entre los instrumentos, acompañado por supuesto por una desgarradora guitarra. La broche final lo pone Magnolia, un tema soberbio en cuanto al juego de cuerdas, una canción más dura, rápida y oscura, donde la letra deja de ser delicada y suena más cruda y ácida.

Sôber – Superbia [2011]
Sôber – Letargo [2014]
El mejor disco de Sôber Un trabajo sensacional

Vulcano reafirma lo que muchos sabemos desde hace años sobre Sôber, que será con el tiempo el grupo con la trayectoria musical más relevante de este país. Porque desde poco más de veinte años llevan manteniendo con una envidiable regularidad una calidad musical que se reafirma y mantiene con cada disco. Y es que, dentro de diez años, si el destino lo permite, estos madrileños harán que sus fans y todo aquél que se acerque a su música, echen la vista atrás y se topen con una elevada y admirable discografía donde cada uno de esos discos es un exquisito manjar a probar. Y quien dice diez, dice veinte años más. Y no me quiero imaginar lo que pueden haber creado estos tipos por entonces. Música de altos quilates.


Sôber – Letargo [2014]

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La portada está realizada a bolígrafo por el propio guitarrista de la banda, Antonio Bernardini.

Sôber despierta en mí un fervor que pocas bandas consiguen. Tenía este disco desde hacía tiempo reservado para escucharlo cuando ya me encontrara de vacaciones. Sabía que este disco me deleitaría, que sería un trabajo más que notable, como todo lo que esta banda madrileña siempre presenta, así que con religiosidad aguardaba el momento idóneo para volver una vez más a quedar cautivado por la música de esta talentosa banda de Rock. Y así, el verano no podía ser mejor momento para dejarse seducir nuevamente por la voz de Carlos Escobedo y sus magníficas letras.

Hace tres años regresaron al panorama musical por todo lo alto con Superbia, un disco cargado de grandes temas, muy melódicos y protagonizados por unos estribillos extraordinarios. Un disco que no puedes dejar pasar, pues junto con Paradysso, me aventuro a decir que es el mejor de su discografía. Para este 2014 nos presentan Letargo, un álbum que como no podría ser de otra manera, sigue la senda del anterior, aunque tengo que decir que no logra alcanzar el nivel de Superbia a mi modo de ver. Con esto no quiero darle un tono despreciativo, nada más lejos de la realidad, porque con Letargo volvemos a disfrutar de canciones con ese brío tan característico de Sôber.

Me alucina comprobar no solo la energía tan tremenda que trasmite siempre este grupo, sino también ese embellecimiento musical que consiguen crear. Nunca dejarán de sorprenderme por ello. A nivel nacional, pocas bandas he escuchado que logren compaginar unas letras tan sentidas y sagaces con una musicalidad tan espectacular. Con un inicio de lo más rockero, Afrodita inicia este Letargo lleno de pasajes musicales sorprendentes. Tras esa consecución de riffs aparece la voz de Carlos Escobedo y siento un ligero déjà vu, pero no porque la canción suene igual a otras que ya haya escuchado de la banda, sino porque he crecido con la voz de Escobedo, su voz me ha acompañado desde mi adolescencia y al escucharla siempre me regresa a momentos muy especiales para mí. Como aquella mañana de primavera del año 2002, en el que mi hermana me despertaba con una grata sorpresa, me regalaba Paradysso, un disco que me marcaría de por vida.

Insecto es todo un portento. La letra es espléndida y la canción en general es radiante. Escuchar su estribillo es un todo un placer. Y ocurre lo mismo con el siguiente tema, Blancanieve. Esta banda también se ha caracterizado por poseer una gran calidad técnica, y Letargo es nuevamente una muestra de ello. La batería, de la que se encarga Manu Reyes, suena de lo más contundente y las guitarras son impecables. Jorge Escobedo y Antonio Bernardino forman una dupla formidable. Quizás la primera hubiera quedado mejor como single de presentación para este nuevo disco, pero la elegida ha sido Blancanieve, donde han realizado un videoclip que podéis ver a continuación.

Encadenado es el tema más pesado, de buena melodía y con una letra sentida y directa. De esos temas que trasmiten un mensaje de verdad. Le sigue Letargo, un tema mosaico, como yo les suelo llamar, pues cohesionan distintos tonalidades musicales. Se inicia con unos arpegios secos de guitarra, al que se añaden las eléctricas con más fuerza, provocando que el oyente se muestre expectante al momento en el que la canción rompa en su punto más álgido, y que sin esperarlo da lugar a un estribillo semi acústico, dando lugar a un medio tiempo melancólico y apesadumbrado que es intercalado por riffs lentos y pesados.

Mañana es la luz tras un sombrío pasadizo. Desde los primeros segundos la canción está impregnada de pura melodía, un tema al más puro estilo Sôber. Junto con Insecto y Blancanieve, uno de los platos fuertes de este último trabajo. Con Fugaz volvemos a los recodos más metaleros de la banda, que junto con Tal Día Como Hoy, el tema más flojo del disco, son un punto de inflexión, pues los temas que quedan del disco son más suaves y puramente melódicos. Y tras haber escuchado temas totalmente admirables, aún nos quedan otros que pueden estar a la altura de los anteriores. En la recta final de este Letargo descubrimos Unax, un tema con una letra conmovedora que sirve de aliento a Unax Cañibano, un niño con una grave enfermedad de las que por desgracia no tienen cura alguna. Una canción directa, con fuerza, como no podría ser de otra manera, y con un estribillo muy melódico, acompañado por unos teclados. Sin duda el lado más armonioso de Sôber.

El nivel no baja amigos míos, sino aumenta, y Capricho, el siguiente tema, posee unos coros y unos teclados asombrosos para deleite de los que somos fieles seguidores de la música de estos madrileños. Mofina sorprende por ser de un corte mucho más pomposo, alejándose totalmente de los sonidos más metaleros de la banda. Pero otro plato fuerte, por si ya pensabais que no habría más en este disco, lo compone Otoño, un auténtico regalo para los oídos, un medio tiempo elegante, delicado, y que podrían utilizar como segundo single de presentación si quieren acaparar una mayor atención por parte de prensa y público.

Sôber lo vuelve hacer, nuevamente inventan un disco donde legitiman su tremenda habilidad para crear canciones de esta índole, en el que dan rienda suelta a esa creatividad que tanto se agradece en estos días y sobre todo, en el que firman con orgullo un trabajo sensacional que no dejará impasible a nadie que tenga un mínimo de criterio musical.