Con unos días de retraso me siento ante el teclado para escribir sobre esta gran noche de concierto. El 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, amaneció soleado, el día patrio lucía de maravilla e iba acorde con los que ilusionados pretendíamos pasar un buen día. Unos viendo un desfile militar, otros yendo al campo y otros, como este servidor, deseando que se abrieran las puertas de la mítica sala La Riviera para disfrutar de Alcest y Anathema. Nunca había visto a ninguna de las bandas, así que os podréis hacer una idea de mi expectación. Al grupo musical de los hermanos Cavanagh los conocía hace casi ya ocho años, cuando presentaban su disco Were Here Becouse Were Here, del que ya os hablé en Anhelarium. Un disco que me fascinó de principio a fin. Con este gran disco me enganché de por vida a la música de estos ingleses. Como buen fan boy que soy, siempre llego muy temprano a los conciertos para pillar buen sitio y de paso, por si puedo conocer a los músicos. Era el segundo en la fila. De hecho éramos sólo dos los que, desde la una y media de la tarde, ya estábamos allí plantados como un pino. Y sí, eso tiene sus consecuencias, a las horas de espera le puedes sumar que tuvimos la grandísima suerte de poder conocer a Vincent y Daniel que ya pululaban por los alrededores de la sala. Nos hicimos unos selfis con ambos y con Daniel, mi compañero de fatigas (vamos, el que hacía cola conmigo) y yo, pudimos entablar una agradable conversación chapurreando malamente el inglés durante un ratito. Allí estábamos los tres hablando sobre Oasis, la banda favorita de Daniel y que éste puso a todo volumen en su reproductor mientras fumaba como un carretero. En todo momento fue muy simpático y no puedo decir lo mismo de su hermano Vincent. Éste apareció más tarde de nuevo y fue bastante soso con los fans que ya andaban congregados por allí.
Pero vamos a lo que verdaderamente importa. Cuando Alcest salió al escenario mis ojos estaban como platos. Estaba muy emocionado por verles. También os hablé de ellos en Anhelarium hace unos años con motivo de su Shelter, disco con el que dieron un giro en su música y que es mi favorito de entre todos los que tienen en su corta trayectoria musical. Con su último disco, Kodama, vuelven a su sonido más denso y apesadumbrado. Siete fueron las canciones con las que nos deleitaron. La banda de Stéphane Paut no tocó ningún tema de Shelter, algo comprensible, pero tampoco tocaron temas como Ecailles de lune, quizás el tema preferido por los fans. Los franceses tocaron (por orden): Kodama, Là où naissent les couleursNouvelle, Oiseaux de proie, Eclosion, Autre temps, Percées de lumière y Délivrance.
Lo primero que puedo decir de estos jóvenes franceses es que aspiran a lo más alto. Si siguen así, que es lo esperado, les depara un buen futuro en la música. Me sorprendió ver que muchos fueron con camisetas de Alcest. La banda va cosechando más y más seguidores y no es de extrañar si uno presta atención a su discos. El mejor Shoegazing/Post Metal de la actualidad. Los de Bagnols-sur-Cèze se salieron. Los guturales de Neige (como así se le concoe también a Stéphane) quedaban espectaculares. Las partes más lúcidas y melódicas, como los coros, daban un contraste que tenía a todos embobados. Impresionantes, qué ganas tenía de verles en directo. No pudieron ser más profesionales y sonar mejor. Salieron ovacionados y Stéphane muy emocionado al sentir el calor del público. Su show se nos hizo muy corto.
Puntuales, Anathema salía a escena. La sala lucía ya bastante llena de público. Ya me conocía el setlist que presentaban. A veces no puedo contenerme y yo mismo me chafo la sorpresa, pero tenía curiosidad por saber qué temas tocarían. Y como vienen haciendo desde que comenzaron esta gira, hacen un repaso bastante satisfactorio (ya sabemos que nunca llueve al gusto de todos) a su carrera musical. Los hermanos Cavanagh, acompañados de la hermosa Lee, comenzaron con los dos mejores temas que la banda ha presentado en sus últimos años: Untouchable, Part 1 y Part 2. Lección magistral de cómo se toca en directo y toda una belleza escuchar la segunda parte de Untouchable en directo. Si bien me quedo con la voz de Anneke van Giersbergen, la dulce voz de Lee Douglas no se queda atrás. Ya lleva varios años con el grupo y en directo demuestra una elegancia y una voz que extasía a cualquiera. El pasado jueves en Madrid se metió al público en el bolsillo. Qué voz tan hermosa. Aunque encima del escenario, y sé que comparar no es bonito, no tiene el desparpajo que Anneke, todo hay que decirlo. Can’t Let Go, Endless Ways, The Optimist, The Lost Song, Part 3 y Lightning Song fueron los temas que siguieron y que con efectividad nos tocaron. Llegamos por fin a la canción que tanto ansiaba escuchar en directo, mi tema favorito del grupo: Dreaming Light. Para mí, es la canción con la que siempre recordaré a Anathema.
La melancolía, el sentimiento, la delicadeza y la más pura elegancia se dieron cita en el escenario cuando los ingleses interpretaron esta hermosa canción. Necesitaba grabarla, no sin sentirla y vivirla al mismo tiempo. Quería captar ese momento para siempre y ahí lo tenéis. Maravilloso. Pero no pierdo el espiritu crítico, y tengo que decir que el orden en el que tocaron los temas, me resultaron que no compaginaban del todo. La sensación que me dio durante todo el concierto es que el orden quedó algo irregular, dando lugar a ciertos altibajos que con otro orden de canciones no se darían. Pressure, A Simple Mistake y Closer fueron con las que siguieron el show. Closer, de su disco A Natural Disaster, publicado en 2003, fue toda una sorpresa. No me imaginaba que la tocaran en directo, ni en este concierto ni en otro y tengo que deciros que aunque en estudio nunca me ha dicho nada, en directo quedó de lujo y más con la pantalla gigante como telón de fondo donde, durante todo el concierto, se intercalaban distintas imágenes y vídeos. Distant Satellites y Springfield le siguieron y tras sonar Back to the Start de su último disco, The Optimist, todos se quedaron a cuadros cuando Danny nos regalaba un tema de su carrera en solitario, The Exorcist. Los dos, y sobre todo Daniel, son unos músicos estupendos. Glory Box, tema de la banda británica Portishead de la que hicieron una buena versión, y Fragile Dreams fueron los temas con los que quisieron finalizar su concierto. Tanto este último tema como su despedida, podéis verlo en el vídeo que os he dejado arriba.
Para mí fue toda una experiencia no sólo porque los veía por vez primera en directo, sino porque no acostumbro a ir a conciertos de Rock Progresivo o, como en el caso de Alcest, Shoegazing o Post Metal. Fue algo nuevo para mí, porque soy de los que lo da todo en un concierto, me encanta celebrar cada tema saltando y brincando, y en este tipo de conciertos no es precisamente lo que más se lleva. Esto es Rock para gourmets, donde uno va a disfrutar del tecnicismo de la banda, que no quita que en momentos puntuales, o mejor dicho, con canciones puntuales, uno pueda dar brincos o dar rienda suelta a la emoción. Pero esto es un Rock más refinado y hasta en la actitud del público se aprecia. La gente, en estos conciertos, como ocurre con el Post Rock o el Ambient, suele mostrarse más quieta, atenta. No lo digo con ninguna carga peyorativa, sino con total objetividad. Conciertos así son una gozada. Ahora bien, a nivel personal, me quedo con los conciertos de los que sales ronco y con agujetas de tanto bailar y cantar los estribillos de cada una de las canciones que la banda toca en directo.
A pesar de que la evolución de Anathema comenzara con su tercer álbum, Eternity, donde se distanciaban del Doomdeath Metal y se acercaban a sonidos más cuidadosos y delicados, los años posteriores sin duda fueron unos años de transición para el grupo y es indudable que es ahora cuando los de Liverpool han encontrado ese punto exacto, un nuevo camino lleno de melodías atmosféricas e incluso épicas y prueba de ello es lo que llevan haciendo en estos tres últimos años.
Todo comenzaba con Were Here Becouse Were Here, quizás el mejor disco editado por estos músicos hasta la fecha y que tuve el honor de conocer y posteriormente reseñar en Anhelarium hace casi dos años. A este majestuoso trabajo le siguió Falling Deeper, un retrospectivo disco de versiones acústicas de los primeros trabajos del grupo y que fue lanzado en septiembre del pasado año. Es aquí, con Falling Deeper, donde el grupo deja claro a sus seguidores qué es lo que quieren hacer y qué senda recorrerán los futuros proyectos de la banda. Sus temas anteriores son retocados, modificados y listos para entrar en esa nueva atmósfera espacial que envuelve la música actual de Anathema.
Ahora, los hermanos Cavanagh nos presentan, de nuevo bajo esa música etérea, un nuevo disco, Weather Systems, que sin ser superior a su anterior álbum de estudio, utilizan las mismas fórmulas para dar así lugar a otro maravilloso y refinado trabajo, un disco saciado de belleza. Con Christer-André Cederberg, que sustituye en la producción a Steven Wilson (Porcupine Tree) el disco se nos presenta cargado de temas muy ambientales pero que también poseen, aunque no de manera muy excesiva, sonidos más portentosos, pequeñas y puntuales pinceladas de Rock duro. Mención muy especial para la cantante Lee Douglas, que en este nuevo disco tiene una mayor presencia y nos regala los oídos con su preciosa voz.
El disco comienza bastante bien, siendo quizás la primera mitad más intensa y de mayor cualidad que la segunda. Los primeros temas que se nos presentan son Untouchable, Part 1 y Untouchable Part 2, de gran fuerza el primero y mucho más melancólico el segundo, donde entra a formar parte en las voces Lee Douglas junto a Vincent Cavanagh al igual que en el siguiente tema, The Gatering Of The Clouds. Pero donde más apreciamos la voz de la elegante Lee es en el tema Lightning Song, otro buen tema a destacar y que personalmente considero uno de los mejores de este nuevo disco. Sunlight es otro de los temas que más me ha gustado de este disco, lo considero incluso bastante épico, aunque a cada uno le puede transmitir de mil maneras distintas, es lo que tiene la música de Anathema. Un tema rápido, envolvente y muy espiritual.
El tema más insólito lo encontramos en The Storm Before The Calm, el tema más largo del disco, de 9 minutos y 18 segundos y virtuosamente progresivo. Su parte final es sencillamente fantástica. En la recta final de este Weather Systems nos encontramos con The Beginning And The End, el tema con más garra de este disco, el más rockero, alejado en su mayoría de esos claros pasajes musicales. Volvemos a ese cosmos mítico, esos inmaculados ritmos con The Lost Child. Para quien no esté acostumbrado a este tipo de Rock, quizás se le haga un poco pesado escuchar este tipo de música pero no este disco, ya que no resulta en ningún momento un disco denso y cargado como sí muchos del mismo género. Cierra ya el disco con otro de los mejores temas, Internal Landscapes, otro tipo de tema que te envuelve y hace que te dejes llevar a ciegas por tan magistral música.
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Con mucho cuidado tengo que realizar este articulo, primero, porque no soy ningún experimentado amante del rock progresivo y segundo, porque ante semejante belleza musical, uno debe medir bien sus palabras, no vaya a ser que deje de hacer justicia a esta magistral obra.
Este es el último trabajo de los hermanos Cavanagh, el cual atrapó todos mis sentidos y ha provocado de manera implacable, que me enamore de esta maravillosa banda. Melancolía, sentimiento, nostalgia, pasión y sobre todo, mucha sensibilidad, es lo que percibirás con esta nueva obra que nos traen estos ingleses.
Es inevitable el no comentar el rotundo giro de trescientos sesenta grados que dio la banda desde su tercer álbum. A partir de ese instante, se apartarían esmeradamente de los recodos más sólidos del Death Metal para orientarse a lo que verdaderamente anhelaban, hacer lo que a día de hoy siguen haciendo, rock progresivo y de manera excelente.
Los de Liverpool nos han dejado un trabajo cargado de grandes temas, como Dreaming Light, mí preferido, Angels Walk Among Us, donde Ville Valo de la banda HIM grabó las voces para esta canción que fue presentada junto con otras dos, Everything y A Simple Mistake antes de la salida del disco por la web oficial del grupo y las cuales requieren mención aparte. Everything, con un toque más melancólico, pero que resulta de lo más anímico, requiere de toda tu atención, un tema majestuoso. A Simple Mistake es el corte más largo de este disco, un hermoso tema, relajante al principio y exaltante en su final.
Este nuevo disco quizás se aleja un poco más del sonido atmosférico que poseía A Natural Disaster, su séptimo trabajo, editado en 2003. Y es que no cualquiera está facultado para escuchar la música de Anathema. Sólo aquellos que posean una mente abierta a otros recodos musicales, totalmente distintos a lo que cada cual tenga acostumbrado a escuchar, apreciaran la extraordinaria armonía y el dilatado colorido que posee esta música.
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