Homenaje a la Cherry Coke – A mi, si me gustaba
Un año duró, que triste, ¡con lo que a mí me gustaba! Recuerdo cuando era pequeño y yo y el que era mi inseparable amigo Armando, nos llevábamos todos los días una lata de Cherry Coke al cole. Era la gran novedad. Muchos la adorábamos, otros la odiaban. No tuvo una excelente acogida y en un año (o poco más), desapareció de la noche a la mañana sin que me diera tiempo a despedirme de ella, de mi querida cereza acocacolada.
Desde esta pequeñísima plataforma internauta, quiero rendirle un gran homenaje a la Cherry Coke. ¡¡Por ti preciosa!!
Era el año 1995, en pleno apogeo de la pintoresca década de los noventa. La mejor década que ha conocido la juventud. A todos nos llamaba la atención esas azafatas sonrientes que se ponían en la puerta de todos los colegios a repartir latas de Cherry Coke a los jóvenes, diciendo que era el nuevo producto de Coca-Cola, un sabor nuevo y diferente, y advirtiendo que la tomáras fría. ¡Y qué razón tenían esas chicas propagandísticas! Porque si alguno probó alguna vez una Cherry al natural, vámos, no fría, sabrá de sobra que eso era imbebible. Ahora, si la tomabas fría, la cosa cambiaba, pero para muchos no.
La Cherry Coke, fría o al natural, resultaba igual de desagradable para muchos, o visto lo visto, para la mayoría. Y si, aquí en España, no somos de adoptar con agrado nuevos sabores. Somos más de sota, caballo y rey. Fanta de naranja y de limón, Coca-Cola Light o normal, y poco más.
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