Su manera de tocar la guitarra sobrepasa la perfección. Las melodías que nacen de sus dedos y que suenan a través de esas cuerdas tocan el alma a cualquiera. La guitarra, con él, cobra una mayor dimensión. Estas Tonne posee una talento innato y único. Este compositor ruso trasmite una tremenda fuerza, eso que los andaluces llamamos «duende», un don que muy pocos poseen, una capacidad divina digna de contemplar.
Estas Tonne parece estar cubierto por un halo muy singular, extraordinariamente enigmático y cautivador. Ahí lo podéis ver, con esa larga melena, vestido con un aire a esos zíngaros gitanos de antaño, con su barrita de incienso colocada en la cejuela de su guitarra y sú música, una música idílica, soberbia, admirable, y totalmente hechizante.
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