Me Llamo Earl – ¡El buen rollo y la diversión, están asegurados!
He tardado en escribir sobre esta serie, lo reconozco, porque hace ya bastante tiempo que terminó y con lo tremendamente bien que me lo hizo pasar, no le he hecho justicia en todo este tiempo al no dedicarle su hueco en Anhelarium como se merece. Y la verdad es que me acuerdo de ella contínuamente y con mucha nostálgia. La seguía a ritmo de USA, y es que no podía perderme ni uno sólo de sus episodios. En ocasiones veía los capítulos por partida doble, una vez en castellano y otra en versión original. Y qué deciros, me reía igual o más en la versión original que en la versión doblada. Me Llamo Earl, junto a la mítica Malcolm In The Middle, es para mí la serie más simpática y divertida que ha pasado por la televisión. Comedias televisivas ha habido y habrá muchas, y para gustos los colores, pero a mis 27 años, jamás he visto una serie igual. Con un humor apto para toda la familia, Me Llamo Earl, con sus 96 capítulos emitidos, consiguió estar nominada en 14 ocasiones a los Emmy, ganando cuatro de ellos y además, dos nominaciones a los Globos de Oro y dos nominaciones a los Premios BAFTA a la mejor serie internacional.
Supongo que muchos la conocerán, y para los que no la conozcan, desde este rinconcito les digo que por favor, la vean, porque la risa es sinónimo de felicidad, y esta serie te brinda con muchas y muchas risas. La serie gira en torno a la vida de Earl Hickey (Jason Lee), un simpático holgazán que ha cometido innumerables errores en su vida y que, tras perder su billete de lotería premiado al ser atropellado por un coche, se da cuenta que el karma no anda de su lado, y que sólo logrará que las cosas no le vayan mal si enmienda todos sus errores y logra hacer el bien a los demás, algo que precisamente nunca había hecho, pues Earl ha sido un cabronazo toda su vida y desde bien pequeño.
«¿Han pensado alguna vez en ese tipo que sólo comete malas acciones y se pregunta por qué su vida es una mierda? Pues ese soy yo» – Earl
Lo que más llama la atención de esta formidable e inigualable serie de televisión son sus personajes, pues son de lo más variopinto que hay. Todos y cada uno de ellos son imprescindibles, tanto que se te hace difícil elegir uno. Además, cada uno de los actores se enfundan a la perfección en el papel que les ha tocado interpretar, tanto que parece que realmente son así, y en ocasiones más que una serie parece un reportaje de idiotas que salen por la televisión, algo que escenifican mucho en la serie, y el que ya la haya visto sabrá de qué hablo. Tanto Earl, como su hermano Randy (Ethan Suplee), Joey (Jaime Pressly), el hombre cangrejo (Eddie Steeples), Catalina (Nadine Velazquez), son espectaculares, y ni de coña me olvido de los personajes secundarios como la querida Patty, la puta de las mañanas, interpretada por Dale Dickey o el tronchante y alocado Ralph Mariano (Giovanni Ribisi). Cada uno de ellos es motivo de auténticas carcajadas.
Pero estos personajes son así en gran parte por los elaborados guiones que les dan vida. Unos guiones magníficos, poseedores de muchísimos giros, guiones que son los que provocan la cantidad de disparatadas e irreflexivas conversaciones que en la serie encontramos. Podría hacer de esta entrada de blog la más larga de todo Anhelarium, porque la serie está llena de guiños y puntazos (como solemos decir en mi tierra) que son tremendamente divertidos. Yo, con lo que me quedo, son con las conversaciones entre los hermanos Hickey, sobre todo con las reflexiones tan jodidamente absurdas de Randy y sus dudas existenciales, unas dudas totalmente significativas para él y que suele planteárselas a su hermano Earl, dudas como: «¿Crees que los monos se preocupan por su aspecto?» – A lo que Earl responde: «Ya te lo he dicho, si lo hicieran, llevarían pantalones» (respuesta que a Randy convence inmediatamente).
Me Llamo Earl es una serie fresca, muy fresca, y no me cansaré de repetir lo tremendamente divertida que es, sin olvidar lo adictiva que resulta. En esta serie no encontrarás a protagonistas guaperas que conducen deportivos y viven en apartamentos de en sueño y que tienen novias despampanantes con piernas de infarto, en absoluto. Aquí encontrarás gente de la calle, con sus problemas, lógicamente, muy exagerados, al igual que sus reacciones, pero nada de esos estereotipos que tanto abundan en las series norteamericanas. Esta serie siempre te arrancará una sonrisa de la cara, aunque te haya ido el día horrorosamente mal. Earl, Randy y compañía, harán que el rato que dure cada episodio (poco más de veinte minutos), lo pases muy bien frente a la pantalla. Haciendo que en ti crezcan las ganas de seguir viendo más y más capítulos.
Siempre recordaré con añoranza aquellas noches en las que en mi habitación, me abría una cerveza bien fresquita y disfrutaba de una buena cena mientras veía los episodios de esta magnífica serie. Muchos seguidores quizás no sepan que la última temporada de esta serie sufrió una considerable caída de audiencia, y la culpa no la tuvo la serie, pues (y os juro que en esto estoy siendo muy objetivo), la serie seguía manteniendo el listón bien alto en su cuarta y última temporada, la culpa la tuvo la exitosa novedad que supuso la serie The Big Band Theory o Como Conocí a Vuestra Madre, las series que se pusieron de moda en esos días. Y, siendo aquí ya totalmente subjetivo, éstas nada tienen que hacer ni en originalidad ni en guion, ni en gracia, en definitivas cuentas, con Me Llamo Earl, pero ya se saben cómo son las modas.
Y a diferencia de éstas series que os he mencionado, Me Llamo Earl en ningún momento aburre, cosa que sí ocurre en The Big Band Theory, serie que, llegado un momento, se repetía más que el ajo, motivo por el que mucha gente, entre la que me incluyo, dejó de verla.
Jamás me olvidaré de la manera tan inocente en la que Randy veía la vida. Tampoco de aquellos destornillantes episodios de Cops, de los que Earl y los demás eran mayoritariamente los protagonistas, y por supuesto, de los momentos tan agradables que pasé con esta serie, la serie que más buen rollo me ha transmitido. Una estupenda serie de humor que nadie debería perderse.
Que gran serie! Actualmente estoy terminando de ver la cuarta y última temporada y la verdad es que es cojonuda, especialmente la primera temporada.
Conocía la serie desde hace mucho, pero nunca la había prestado mucha atención y eso que actua el gran Jason Lee, pero nunca me llamó la atención. Hasta que el año pasado decidí verla y la verdad es que es genial.
Un abrazo!
PD: Que buenas están Joey y Catalina!
10 marzo, 2014 en 11:21
¡Me agrada mucho saber que aún la estás disfrutando Isaac! Guardo tan buenos recuerdos de ella…¡Y me lo pasé tan bien, que estoy por volver a verla este verano quillo, jejeje! De verdad que me parece fantástico que la estés viendo, conociéndote como te conozco, sé de sobra que lo estarás pasando genial, y es que no es para menos.
Y sí, sobre todo Catalina, ¡menudo cuerpazo se gasta la mujer! ¡DIOSA!
¡Un fuerte abrazo amigo mío!
10 marzo, 2014 en 11:29