STAR WARS. Disfrutando como nunca de la mayor saga cinematográfica. Volviendo a ser el niño que nunca dejamos de ser

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Para los que somos unos friki-fans de Star Wars estas Navidades han sido mucho más especiales si cabe. Pues el 18 de diciembre se estrenaba en España la séptima entrega de la saga, El Despertar de la Fuerza. Ni hace falta deciros que el estreno de la nueva película ha sido lo más sonado en estas fiestas navideñas. Hemos tenido Star Wars hasta en la sopa. Creo que la campaña de promoción de esta séptima cinta no ha tenido precedentes en el cine. Desde luego yo no recuerdo ninguna película que se haya anunciado tanto de cara a su estreno. Y es que Star Wars lleva casi tres semanas en cartelera y aún seguimos viendo que está a la orden del día en cualquier medio de comunicación. Y eso sin contar con los anuncios comerciales. No hay marca renombrada que no se haya aprovechado del filón que acarrea el estreno de la película. Desde luego, un estreno de La Guerra de las Galaxias mueve lo inimaginable. No tiene comparación alguna ni con otras grandes sagas como la de El Señor de los Anillos, que ya es decir.

La fiebre de Star Wars nos ha pillado a todos, tanto a los que adoramos esta saga como a los que no saben ni lo que es un Sith. A mí me han inoculado pero bien esta fiebre navideña de Star Wars y como felizmente puedo disfrutar por fin de unas buenas y merecidas vacaciones de Navidad, no he dudado en ir a ver la nueva película. ¡Cómo la disfruté! Pero no sólo eso, sino que además, me he revisionado toda la saga desde el principio. Es por eso que esta entrada se la dedico a toda ella, la saga más famosa del cine y que tanto nos ha encandilado a los que ya tenemos unos añitos. Y es que esta saga ha llegado a muchas generaciones y lo que queda. Mi infancia la pasé rebobinando los VHS con la trilogía clásica, sobre todo la del El Retorno del Jedi. Y mi adolescencia, en aquellos primeros años de la década del 2000, acudía al cine con muchísima ilusión y expectación para ver esa trilogía de precuelas. Ahora, con casi treinta años que tengo ya, volví a sentarme en esa butaca como si los años no hubieran pasado por mí. Con mis palomitas y mi súper refresco, disfruté de lo lindo viendo de nuevo a Han Solo, a la Princesa Leia, a Chewaka. Volver a verlos viviendo juntos una nueva aventura disparó mi nostalgia a límites insospechados. Me brillaban los ojos de la emoción. Empecé las navidades viendo esta última entrega en el cine y ahora que acabo de ver las seis películas que la preceden, tengo claro que terminaré regresando al cine para rematar la faena disfrutando una vez más de este Despertar de la Fuerza. No es raro en mí ir al cine a ver de nuevo una película. ¡Al estreno de la Comunidad del Anillo fui tres veces seguidas!

Por eso, de la manera más humilde y con todo el cariño del mundo, comentaré brevemente cada una de estas películas. Y como no podía ser de otra manera, comienzo con la trilogía de precuelas. George Lucas comenzó esta apasionante historia contándola desde la mitad y situándose bastante alejado en el futuro. O sea, que todo apunta a que mis nietos irán al cine a ver películas de Star Wars. Y es que, recordad: Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana…Pero veo más apropiado empezar por La Amenaza Fantasma, cuando Obi-Wan Kenobi no era más que un aprendiz.

-Trilogía de precuelas-

Episodio I: La amenaza fantasma

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Esta es la primera película de la trilogía de precuelas y nos sitúa treinta años antes de los hechos acontecidos en La Guerra de las Galaxias, la primera de toda la saga. La Amenaza Fantasma fue acogida entre una gran expectación, como era de esperar. Pero lo que no era de esperar, al menos para mí, es el aluvión de críticas que cosechó. Muchos esperaban una película de un tono más serio, más tétrico. Y se encontraron con una película bastante alegre y colorida. De ahí que la tacharan de ser demasiado comercial y orientada al merchandising. ¿Pero qué esperaban? Era el principio de la saga por el amor de Dios. Corría el año 1999, yo tenía doce años y estaba de lo más expectante. ¿Por qué? Sencillo. Era la primera vez que vería Star Wars en el cine. No podía estar más ilusionado. Por primera vez viviría un estreno de Star Wars, con la curiosidad y deseo que ello conlleva. Admirar por primera vez esa épica música de John Williams, la más clásica y legendaria de todas las bandas sonoras del cine. Todo un momentazo. Recuerdo perfectamente que, como ha pasado con el tráiler de El Despertar de la Fuerza, el de La Amenaza Fantasma se convirtió en todo un fenómeno mediático. Y a lo que iba. La película recibió muy buena acogida pero no se libró de una crítica afilada. Muchos cargaron contra ella por su argumento simplista y la tacharon de decepcionante. A mí por aquél entonces no me decepcionó lo más mínimo, y hoy día, sigo alabando esta precuela.

Me parece que hicieron un trabajo estupendo a la hora de exponer los orígenes de esta epopeya espacial. La película nos muestra la emersión de los Sith, el comienzo de Obi-Wan Kenobi, por aquél entonces padawan de Qui-Gon Jinn, y lo que más afán e interés despertó, el origen del villano más famoso del cine, el surgimiento de Darth Vader. Y para ello nos remonta al pasado de un niño afable y bondadoso, llamado Anakin Skywalker. La única nota discordante giraba en torno a la figura de Jar Jar Binks, un maldito gungan al que todo el mundo le cogió tirria de lo pesado y cargante que era. Típico personaje poochie. El reparto, excelente, de lo más acertado. La solemnidad y la presencia de Liam Nesson para encarnar a Qui-Gon, un más que notable Ewan McGregor en la piel de un joven Obi-Wan y la siempre bella Natalie Portman como la reina Amidala, cuyo papel no tuvo mucha fuerza en esta primera película para sí tenerlo en las posteriores, ganando con ello la estima de los seguidores de esta saga.

Episodio II: El ataque de los clones

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Es la única de la saga que no me entusiasma. Ya en el año 2002, se estrena en los cines la segunda precuela y ya vemos a un Anakin más crecidito y dejando ver su mala leche. Normal, acabará siendo todo un Lord Sith. En su día, con quince años, no me di cuenta, pero ahora al revisionar la saga me cosco de lo mucho que esta película recuerda a otras grandes del cine como Blade Runner (1982) o El Quinto Elemento (1997). Esto lo digo por todo ese entorno urbano mostrado a lo largo de la película, muy parecido a la película de Ridley Scott y esa manera de presentar el tráfico, igual que en la película protagonizada por Bruce Willis. Lo que menos me gustó de esta entrega fueron sus planos diálogos, sus escenas de lucha algo mejorables y que volvieron a meter de por medio al puto Jar Jar Binks, aunque para esta ocasión no daba tanto por culo como en la anterior. Lo mismo sucede con su tedioso argumento y su aburrido ritmo. Yo la considero una película puente. Pues lo más destacable, o lo único, es la evolución de Anakin dejando ver su oscuro futuro. Y no sólo por su comportamiento, sino por su actitud frente a su maestro Obi-Wan. Con Amidala la relación se estrecha y como bien sabemos, la unión de ambos es la antesala a lo más significativo de la saga. Resulta entretenida gracias a que en esta ocasión volvemos a deleitarnos con esas peleas con espadas láser que tanto nos gustan, aunque como dije, podrían haber estado más espectaculares. Y a pesar de que la película nos ofrece un escenario importantísimo para la saga como es la guerra clon, considero que no la supieron rentabilizar mejor. Por cierto, nunca terminó de ganarme Samuel L. Jackson en el papel de Windu.

Episodio III: La venganza de los Sith

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Esta sí, me parece sin dudarlo la mejor de la trilogía de precuelas. George Lucas se lució. Año 2005. Con dieciocho años, volvía a tener la oportunidad de acomodarme una vez más en la butaca del cine y disfrutar de esas notas de John Williams que nadie jamás olvidaría por muy loco que estuviera. Para mí todo en ella es de lo más significativo. En esta película somos testigos del paso definitivo de Anakin al Lado Oscuro. Pero antes de incorporarse en las filas de los temidos Caballeros Sith, ya desde el principio es palpable la discordia entre Anakin y su maestro Obi-Wan. Y quiero destacar lo siguiente. Al revisionar esta película me volví a hacer la misma pregunta. ¿Y si Obi-Wan no hubiera sido tan testarudo? Desde la pela con el Conde Dooku (interpretado por el recientemente desaparecido, el gran Christopher Lee) ya se palpa que Obi-Wan supone un obstáculo para Anakin. Fijaos bien en la escena. Obi-Wan insta al joven Anakin a pelear juntos a lo que éste contesta con cierto desdén. Las tres espadas se encienden, Anakin junto a Obi-Wan pelean contra Dooku bajo la atenta mirada del Canciller. Anakin avisa que sus poderes se han duplicado desde su último encuentro con el Conde. Es entonces cuando se evidencia lo que Skywalker confesaba a su amada. Obi-Wan no le deja progresar. Y es que, justo cuando Obi-Wan queda inmovilizado en la pelea, es cuando Anakin extiende sus alas y deja volar todo su potencial. Tanto es así que se merienda en un santiamén al mismísimo Conde Dooku. Palpatine henchido de orgullo, apura a Anakin para que acabe con la vida de Dooku y no sin cierta reticencia, el joven Jedi ejecuta la orden. Darth Sidious se sentía más cerca de Anakin, ya tenía vía libre para ganarse su confianza, ya su plan de derrocar a la República desde dentro estaba más cerca. La escena es inmejorable.

Pero sorprendente fue la segunda mitad de esta película. Esa segunda mitad que nos conduce a un final desbordado de conmoción y epicidad. Su escena final exalta a todo fan de la saga. Cuando Obi Wan pelean contra Anakin, ya enfervorizado y encadenado al Lado Oscuro, es lo más asombroso de estas precuelas. Como asombrosa es la lucha de espadas ente ambos. La mejor de todas las vistas en estas tres películas que componen el origen de La Guerra de Las Galaxias. Una digna escena de lightsabers que da paso al momento más desgarrador pero a su vez, el más legendario. La completa transformación de Anakin en Darth Vader.

-Las Clásicas-

Episodio IV: Una nueva esperanza

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Comenzamos por la trilogía original. Las películas más entrañables y añoradas por la inmensa mayoría, en la que me incluyo. El estreno de Star Wars IV me pilló lejos, mucho antes de que yo naciera. En 1977 se estrenó la película que cambiaría la forma de ver y entender el cine. Pero no sólo cambiaría la magia del celuloide, sino que marcaría de por vida a millones de personas. Ganadora de siete premios Oscars, esta primera película de Star Wars rebosaba autenticidad y encanto nada más comenzar en una galaxia muy, muy lejana, con esas letras iniciales que se van perdiendo en la lejanía del espacio mientras suena esa melodía de fondo que ya nadie puede quitarse de la cabeza. Con la peculiaridad de empezar la historia por el medio, George Lucas hace que cada metraje sea una obra de arte. Los personajes, la música, la ambientación, esas naves. Esta película hacía soñar. Hace soñar. Es una película que de no haberse hecho, alguien la tendría que hacer. Esta pasada Navidad disfruté, como cuando era niño, de esta cinta. Y en pleno 2016 alucinaba con los efectos especiales, adelantados sin duda a su época. Unos efectos especiales adornados con minuciosas maquetas, verdaderas obras de arte, no como hoy día, donde se abusa demasiado del croma. Cada escena también refleja la ilusión y el amor que depositaron en esta película todos y cada uno de los que formaron parte de ella. Star Wars Episodio IV comenzó la saga que tendría a todos cautivados por más de treinta años. Y lo que queda.

Un intrépido y aventurero Han Solo, interpretado por Harrison Ford, acompañado de su inseparable y muy peludo amigo, Chewacca, y junto al joven granjero Luke Skywalker y dos adorables androides, C3P0 y mi querido R2D2, van en busca de la Princesa Leia, líder del movimiento rebelde que pretende instaurar la República y que ha sido apresada por el Imperio, dirigido por Anakin, no perdón, por Darth Vader. Pero al tablero de esta apasionante historia le faltan piezas como el mítico Halcón Milenario, la Estrella de La Muerte y los formidables X-Wings. Con esto, el embobamiento está garantizado. No me puedo olvidar de Alec Guinness como Obi-Wan Kenobi. Él es el causante de que adore al personaje de Obi-Wan. Es una obra maestra del Séptimo Arte.

Episodio V: El imperio contraataca

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Pero si obra maestra fue la anterior, esta no se queda atrás. Me cuesta decidir cuál de las tres me resulta mejor. Forman un tándem perfecto. Quizás sea El Retorno del Jedi la que mejores momentos me haya hecho pasar, la que con más cariño recuerde, pero es que, El Imperio Contraataca no hace más que insuflar aún más admiración y delirio por esta saga. Luke Skywalker ya está muy lejos de seguir siendo el granjero que fue y ahora comienza un viaje que le cambiará la vida como jamás habría imaginado. Luke parte a Dagobah para conocer a Yoda, ese místico maestro Jedi que para Luke es más una leyenda que una realidad. Pero la realidad es que Yoda existe, y con mucha emoción me dispongo a escribir sobre uno de los personajes que más adoro del cine, el gran guerrero Jedi de la Antigua República. Porque no sólo es un personaje entrañable, al que te gustaría achuchar, es todo un sabio, cada vez que habla invita a la reflexión y es toda una figura espiritual. Su guion da para mucho. Pero además, para dotarlo de mayor misticismo, su manera de hablar, esa en voz pasiva, donde el predicado y complemento van antes que el sujeto de la oración. «Abandonarte la Fuerza no puede. Constante ella es. Si encontrarla no puedes, en tu interior y no fuera deberás mirar.» Fascinante.

Mientras, Han Solo, Leia, Chewacca, y los robots C3PO y RDD2, se dirigen a la ciudad minera de Bespin, en busca de la ayuda de Lando Calrissian, un personaje que nunca me dijo mucho pero que con el tiempo consiguió gustarme. ¿Y por qué digo que El Imperio Contraataca hace que ames aún más esta saga? Me atrevo a decir que es porque es la más cautivadora. El tonteo que se traen Solo y Leia (adoro la química que hay entre Harrison Ford y) las espectaculares piruetas del Halcón Milenario ante ese imposible campo de asteroides, la aparición de Yoda en Dagobah, la evolución de Luke y su intriga con Darth Vader. Y es aquí donde vemos un Darth Vader mucho más encolerizado. La Estrella de la Muerte fue destruida y ahora el Imperio está totalmente de uñas, y como sea, quieren acabar con la rebelión. Personalmente, considero que esta película superó la anterior. Los personajes, como muy pocas películas consiguen, logran enamorar al espectador, los llegas a querer. Y las escenas, sin entrar a enumerarlas una a una, son de lo mejor que mis ojos han visto en el cine. Por cierto, el director de esta entrega es Irvin Kershner, George Lucas pasó a un segundo plano. Sin desmerecer al querido Lucas, pues sin él, nada de esto existiría, pienso que el señor Kershner ofreció una verdadera clase magistral de cómo hacer cine de calidad, de una tremenda calidad.

Episodio VI: El retorno del Jedi

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La guinda del pastel. O el broche de oro, como lo quieran decir. Pero el caso es que esta película significó la culminación de la mayor obra del séptimo arte. La mayor saga cinematográfica. En 1983 se puso fin a esta encantadora y ensoñadora trilogía. Como dijera anteriormente, decidir cuál de las tres es mejor es difícil. Sin embargo, puedo decir con total seguridad que El Retorno del Jedi es la que mejores recuerdos de mi infancia logra traer a mi memoria, y por eso sea para mí, no la mejor, pero sí la más importante a nivel personal. Ahora dirigida por el escocés Richard Marquand, este Episodio VI vuelve a contener escenas de enorme calado. Imposible de olvidar la taberna de Jabba the Hutt, esa mole que resulta ser un mafias de la Galaxia, en donde esconde a nuestro Han Solo, atrapado en carbonita. Es por eso que la hermosa Leia, junto a Luke y Lando, y por supuesto acompañados de los robots y Chewacca, idean un plan para sacarlo de allí. La película no puede comenzar mejor, pues su inicio, donde nuestros héroes logran rescatar a Solo, no podría ser más emocionante. Volver a ver esta película estas Navidades ha sido una autentica gozada, y creedme, una bella experiencia. Pues volvía a revivir todas esas sensaciones que la película avivaba cuando la viera en mi adolescencia y en mi lejana infancia. Pero este inicio no sólo es emocionante por ver a Luke con un duro aspecto Jedi, manejando el ligthsaber como nunca, sino también de lo más excitante y provocador. Para los que tenemos una edad, la Princesia Leia ha sido y será por siempre un icono, una efigie de la sensualidad y el erotismo. Siendo yo sólo un niño, Leia vestida de esclava logró encenderme con esa figura. Fue la primera vez que me sentí sexualmente excitado por una mujer. Y lo mejor, es que con el paso de las décadas, y a poco de cumplir los treinta años, esta representación de Leia en el Retorno del Jedi me sigue embelesando como aquella primera vez que la vi, pero diría que incluso más, pues los ojos que la miran no son los ojos de aquél niño, ahora uno imagina ciertas cosas que antes no. Ya me entienden.

Pero dejando ese tema a un lado, y más me vale que lo haga… ¿Quién no sintió ternura por eso Ewoks? Al principio parecían la mar de cabrones, pero su aspecto los delataba. Leia, Solo y Luke, contarán con la ayuda de los estimados Ewoks para contratacar a las fuerzas imperiales. Y es que ahora, en el Lado Oscuro se obcecan en reconstruir la Estrella de la Muerte. Ahora tenemos en esta última entrega clásica, una nueva Estrella, aún por terminar, pero que supone una contundente y peligrosa amenaza para la Paz y la estabilidad en la Galaxia. Las fuerzas rebeldes no lo impedirán y nuevamente, pondrán todo su empeño para hacerla añicos y convertirla en basura espacial. El éxito de esta película fue arrollador. Volvemos a contemplar buenas actuaciones, escenas de efectos especiales realmente meritorias y emocionantes, mucha aventura, emoción, intriga. ¡Y por Dios! ¡Que no me puedo olvidar de RDD2! Fue en esta película cuando terminé de enamorarme de este androide. En esta cinta, aprecio que le ceden más protagonismo al pequeñajo que a C3PO y es que aunque éste sea igual de adorable, no puede compararse al encanto y la ternura que despierta nuestro pequeño cabezudo. La magia no decae en este Retorno del Jedi, y a pesar de que la trama se torna más oscura por la obsesión de atrapar a Luke al Lado Oscuro, sigue siendo una película llena de emotividad y puro hechizo.

-La saga continúa-

Episodio VII: El despertar de la fuerza

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Una película para la nostalgia, para alimentar esa melancolía. Estas Navidades, los fieles amantes de Star Wars nos sentíamos de nuevo muy afortunados por poder vivir una entrega más de esta saga de películas sentados en una butaca de cine. Ahí me encontraba yo, con mi refresco tamaño gigante y mis palomitas, deseando que comenzara la película. No podía estar más expectante, más entusiasmado. El tráiler volvía a regarnos de emoción, volver a verlos a todos reunidos en el cine… ¡Qué fascinante! Ahora dirigida por el archiconocido J.J. Abrams, nos situamos treinta años después de lo acontecido en El Retorno del Jedi. Tras la victoria de los rebeldes, se constituyó una nueva República ahora amenazada por los rescoldos de lo que fue el Imperio Galáctico. De sus cenizas surge la Primera Orden, y su intención no es otra que destrozar la República. Esta nueva organización del Lado Oscuro está comandada por Phasma (Gwendoline Christie, Juego de Tronos), una capitana de la Primera Orden de mano dura. Pero treinta años después de la Batalla de Endor, esta surgida Primera Orden también cuenta con un temible aliado, Kylo Ren que, desde Darth Maul, no me impactaba tanto la estética de un Sith. Lástima que la conducta luego no acompañara. Pero eso tiene que esperar unas líneas más.

Y con los ojos brillantes, recibimos a los personajes de antaño. Ver entrar a escena a Harrison Ford, enfundado en el papel del divertido Han Solo, fue de verdad, palpitante. ¿Y Chewacca? Cuánto me he reído con este personaje, sobre todo intentando imitar esa manera de comunicarse con los demás. ¿A qué tú también lo has hecho? LOL. Pero ver a Leia fue lo que más me encandiló. Volver a ver a esa mujer, volver a ver la cara de Carrie Fisher, realmente sacó mi lado más sentimental. A estos héroes legendarios se les suman otros como Poe Dameron, el mejor piloto de X-Wings y el simpático Finn, ex stormtrooper. Pero el peso del protagonismo recae en la preciosa Rey, una joven chatarrera y su amiguito androide, el BB8, que ha hecho las delicias de esta película, ganándose a toda la audiencia. Y es que si bien no me despierta la pasión que siento por R2D2, me logra dibujar una amplia y tierna sonrisa. ¿Qué tienen estos androides para ser tan achuchables?

Para los que aún no habéis visto El Despertar de la Fuerza: ES MOMENTO DE SPOILERS TREMEBUNDOS, AVISADOS ESTAIS

Porque todo era demasiado bonito para ser cierto. Por mucho que me gustara la película, por mucho que me sintiera vibrante y de lo más emocionado. No dejo de ser crítico con todo aquello que me apasiona. La película argumentalmente deja bastante que desear. ¿Otra vez contra otra Estrella de la Muerte? Comencé escribiendo sobre el Episodio VII diciendo que es una película para la nostalgia, y así es. No genera una continuación de la trama como sí las anteriores, incluidas las precuelas. De nuevo, como ocurría en el Ataque de los Clones, la considero una película puente. O más bien, la antesala del Episodio VIII, donde se retomará con más empaque esta saga.

Kylo Ren pasó de tenerme totalmente hypeado a decepcionarme. De parecer un temible Sith a ser un adolescente sin las ideas claras. Ojo, sé que este personaje no ha hecho más que comenzar a rodar, que en esta película asistimos a la evolución del que será el oscuro y alarmante Lord Sith de las futuras secuelas. Pero aun así, Ben, como así se llama verdaderamente Kylo Ren, es el hijo de Han Solo y, entrenado por su tío Luke Skywalker para poder ser un Caballero Jedi, fue atraído al Lado Oscuro por un enigmático personaje llamado Snoke.

Y aquí comienza la hecatombe de la película. La mayor decepción: la muerte de Han Solo. Y no el hecho de morir, amigos míos, sino por cómo muere. Es muy frustrante y decepcionante ver cómo uno de los personajes más emblemáticos del cine muere de una manera tan nimia e insulsa. Señor J.J. Abrams, tenía usted detrás al mismísimo John Williams para hacer que la muerte de Han Solo fuera la muerte más dolorosa del cine, ¿y hace usted eso? ¿Así se pone fin a un personaje tan importante de la saga? Abrams podría haber conseguido que la muerte de Han Solo hiciera llorar a las mismísimas butacas del cine, y ha desaprovechado la que podría haber sido una de las escenas más recordadas del cine del Siglo XXI.

Pero aquí no queda la cosa. Antes de tan trágico desenlace. ¿Dónde está esa chispa entre Leia y Solo? ¿Dónde quedaron esos diálogos? El único dialogo profundo entre los dos es sola y exclusivamente para informar al espectador de lo ocurrido con anterioridad. ¡Yo no quiero que hablen para los espectadores! ¡Yo quería que hablaran entre ellos! ¡Que se desmelenaran! ¡Que fueran vehementes! ¡Pasionales! Pero nada de eso. Tanto es así que encontramos la misma frialdad en Leia cuando Solo muere. Apenas hay frases conmovedoras para recordar semejante personaje, al simpático y testarudo contrabandista de la Galaxia.

No compensa, pero al menos me voy de la sala, con la nostalgia sobre mis ombros y con la sensación de que ganamos dos personajes que de cara a posteriores películas, ganarán mucho peso en la saga. Hablo de Kylo, pero también de Rey. Esta joven ha conseguido meternos a todos en su bolsillo. No me puedo olvidar de ella y diré que al final de esta cinta, su encuentro con Luke Skywalker, cuando ésta le tiende el que fue su primer ligthsaber, hace que regrese a nosotros esa expectación. Y el mal sabor de boca por lo ocurrido con Leia y Solo, no sea tan amargo.

Para terminar, me gustaría dar una opinión más, pero de una forma más generalizada, respecto a esta saga y lo que ha supuesto para el cine. Considero que Star Wars trajo consigo muchísimas cosas que reparo en que son importantes de puntualizar. Esta portentosa saga cinematográfica hizo que artistas como Harrison Ford se vieran precipitados al estrellato. Y que los que somos unos melómanos empedernidos no dejemos de soñar con la música de John Williams, el mayor compositor en la historia del cine. Esta película impulsó su carrera y ahí, amigos míos, tuvimos a Williams, poniendo música a Superman, Drácula, E.T., Indiana Jones, Parque Jurásico, El Patriota y un gran etcétera. Y siguiendo con artistas, no nos podemos olvidar de Natalie Portman. Fue la trilogía de precuelas las que hicieron que podamos disfrutar de una de las mejores actrices en la actualizad y ganadora de un Oscar por El Cisne Negro. Con todo, y sin querer parecer repetitivo, Star Wars pasó a formar parte de la historia de las vidas de millones de personas. No sólo es la película que cambió el cine, es la película que nos cambió a todos.

Esta entrada me gustaría dedicársela a mi gran amigo Alberto Martín, que como yo, ha pasado estas vacaciones de Navidad revisionando concienzudamente toda la saga. Con él he podido dialogar como con nadie sobre todas estas películas y sus triquiñuelas. Y como era de esperar, ha sido un verdadero placer poder debatir e intercambiar opiniones sobre esta última entrega, El Despertar de la Fuerza. Disfruto muchísimo de su compañía, y no sólo para mantener conversaciones frikis. Su sincera amistad es de lo mejor que me ha dado Madrid.

¡QUE LA FUERZA OS ACOMPAÑE, AMIGOS MÍOS!

13 comentarios

  1. ¡Así sea, jeje! Y dejemos vivir al niño que hay dentro de cada uno de nosotros… No he sido una seguidora muy fiel de la saga, pero los episodios que me he visto me han gustado… 🙂 🙂 🙂 Estoy leyendo tu texto… ¡Muy bueno, Álvaro!

    14 enero, 2016 en 12:33

    • Me alegro que te guste Luz. Le he puesto mucha ilusión a este artículo de Star Wars. Un beso enorme!

      14 enero, 2016 en 13:43

    • ¡Sí, se nota! 🙂 Gracias, un gran beso también para ti… 😉

      14 enero, 2016 en 14:23

  2. Bien, voy poco a poco con él, sacando ratitos para leerlo. Voy por el Episodio III y ya has contribuido a enriquecer mi vocabulario con «cosco» y «precuela»; no los conocía. Ya me enteré de su significado… 😉

    14 enero, 2016 en 14:38

  3. Tándem, obcecan, guinda… Tampoco son de uso muy común… 🙂 Voy por el Episodio VII…

    14 enero, 2016 en 15:06

  4. Achuchables, jeje, sería acá como apapachables… 🙂 ¿Hypeado?

    «Y el mal sabor de boca por lo ocurrido con Leia y Solo, no se tan amargo.» Es no ¿sea? 😉 Súper el artículo… ¡Ya lo terminé!

    14 enero, 2016 en 15:19

  5. Raquel Mateo

    Qué gran saga

    14 enero, 2016 en 20:48

  6. vidalmoyaperez

    Vaya homenaje galáctico te has cascado tío, que currada te deben doler los findgers , de darle a las teclas….ostras me he visto reflejado en ti pero retrotayendome a la saga de los 70 donde yo coleccione esa colección de cromos que luego mi madre envió a algún lugar de la galaxia.utilizando la fuerza….espero recuperarla algún dia.
    La saga de tu generación ya me pillo fuera de honda ya que esta mas influenciada por todos los videojuegos y yo era de los atari con el pin pon y el comecocos…por eso me ha gustado la propuesta de j.j Abrahans ya que nos devuelve esos territorios galácticos, hago saber que para mi todas las películas se llaman la guerra de las galaxias, nada de Stars Wars,
    Aun con todo las vi en el cine y alucine con los espectaculares vestidos de midala,pero como a ti brivon, leia fue como el despertar de la fuerza y para mi generación nos ayudo a conocer nuestra espada laser particular….como puede ser que tras 30 años entre Solo y Leia no halla ni siquiera un romántico encuentro con escenas de barro incluidas.
    Coincido también que para ser hijo de ambos ya podían haber buscado a alguien mas atractivo y con más filin, pero bueno los otros personajes, en especial Rey es digna sucesora de el mejor chatarrero de la galaxia.
    Destaco el striptise, en el desierto que se casca el guerrero imperial
    Me deslumbraron también los homenajes a mis naves preferidas, las de la primera temporada que lucen y vuelan de manera magistral.
    Por cierto yo solo consigo imitar a Chewoka recién levantado a base de bostezos, pruebalo, luego es imposible conseguirlo, hasta mi hija se asusta, por cierto mañana la pongo a leer tu excepcional homenaje porque también me ha salido seguidora del laado oscuro de la fuerza y alucino con la nueva entrega, al final es un nuevo renacer de nuevas generaciones que se apuntan al carro galáctico
    No veas que bien nos quedaban este verano en mi pueblo los disfraces De Han y de Leia para ella, aunque ami alguien me confundió con un baquero del lejano Oeste…
    Saludos y pásate por mi territorio cuando quieras

    15 enero, 2016 en 20:33

  7. A mí este Episodio VII me ha decepcionado terriblemente, Álvaro. Son tantos los estropicios que le veo a la película que no sé ni por dónde empezar. El argumento no sólo me parece pésimo, sino que es una burda copia del Episodio IV. Pero, lo peor de todo, es que muestran elementos que no tienen ninguna coherencia con lo que es el universo de Star Wars. Hay multitud de detalles, entre ellos algunos de los que tú comentas, que hacen que en definitiva esta no sea una buena película a la altura del resto de la saga. Eso sí, los efectos especiales son una pasada. Ver volar así al Halcón Milenario, por ejemplo, no tiene precio. Es lo único que me convenció de la película. Y como personaje sólo salvo a Rey, pero más por lo que podría haber sido que por el trato y la evolución que finalmente le han dado en la película. En fin. A ver qué pasa con el siguiente episodio.

    16 enero, 2016 en 3:06

  8. vidalmoyaperez

    perdona no he revisado la ortografía porque me ha podido la pasión al escribir….Vaquero con v…..100 veces …de los acentos y comas mejor no hablar

    16 enero, 2016 en 8:58

  9. @ ¡VIDAL! 😀

    Joder macho, ¡qué risas leyéndote! ¿Nuestra espada láser particular? JAJAJAJAJA 😀 😀

    Si le vas a hacer leer a tu hija esta entrada estate pendiente de cuándo llega a la parte en la que hablo de Leia tan desinhibidamente, jaja. Estoy de acuerdo, muy de acuerdo contigo, en que las Precuelas son de otro rollo totalmente distinto al de las Clásicas. No tienen ni la mitad de encanto, y ni hablar de esa magia. Como bien dices, están hechas con un marcado carácter merchandístico.

    Y cómo no, también muy de acuerdo contigo en que no haya habido aunque sólo fuera una brevísima escena de buen magreo entre Leia y Solo. Pero, ¿sabes qué pasa? Que a George Lucas le sucede tres cuartos de lo mismo que a Spielberg. Obsesionados con hacer cine para la familia. Fíjate en Indiana Jones, por ejemplo. Demasiado que Lucas dejó a Leia salir de esa guisa en El Imperio Contraataca. Y no se libró de las críticas de los más conservadores en su época, según leí, por despechugar a la preciosa Carrie. Bah, borregos. Anda que no es bonito ni ná ver el cuerpo de una mujer y más si es como la señorita Fisher en sus tiempos mozos 😀

    Bueno, y lo que me he reído con tu disfraz de Solo y que te confundieran con un vaquero, jajaja. Pero tiene su por qué quillo, si nos fijamos detenidamente, a Solo le quitas ese cinturón y esa pistola espacial, y parece del séptimo de caballería 😀

    Muchísimas gracias por comentar Vidal. Ahora que tengo mucho más tiempo libre, pues el final de carrera me ha quedado muy suavito, me pasaré más a menudo por tu gran página.

    Un abrazo enorrrrme, crack 😉

    @ Rubén

    Episodios harán un buen puñao, Rubén. Esta franquicia es como Jordi Hurtado, inmortal 😉

    Leyéndote, debería haber mencionado lo que precisamente cuentas, que si algo le gana esta película a las Clásicas, es en ver volar al Halcón Milenario de esta manera. Obvio, estamos en una época más moderna, Y sí, fallos argumentales los que quieras. He visto varias web/blogs donde lo analizan al detalle. Y ni hablar de lo insípido que resulta el argumento de este Episodio VII.

    Un abrazo Rubén, y mil gracias por comentar 🙂

    @ Luz

    ¡Hola Luz! Hay muchas palabras que es normal que ni te suenen. Y sí, lo último que me comentas era una errata que ya está corregida 😉

    La palabra «hypeado», que viene de «hype» es un neologísmo de la era friki, por llamarla de alguna manera. Y es que, cuando un tráiler o algo relacionado con la cultura de ocio, una película, un disco, un videojuego, se presenta ante el público en forma de anuncio y demás, se dice que crea mucho «hype» refiriéndose a la tremenda expectación que provoca en la gente, los fans.

    A mí me ha gustado mucho eso de «apapachables», jeje 😉

    Un beso.

    16 enero, 2016 en 12:25

  10. Álvaro, gracias por aclararme lo de «hype»; otra cosa que aprendo,.. ¡Te mando un rico apapacho y un beso, jeje! 😉 🙂

    16 enero, 2016 en 23:40

  11. Me alegro 😉

    Buen inicio de semana, Luz.

    17 enero, 2016 en 12:00

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