Se ha dignificado lo friki

Imagen: buhomag.elmundo.es

Quizás no es correcto decir que se ha dignificado algo que siempre ha sido muy digno, porque ya me diréis que hay de indigno en coleccionar cómics, ser un fanático de la literatura de Tolkien o jugar a Warhammer. Pero es el título que me ha salido, el que pensé cuando por mi mente rondaba la idea de abordar tan irrelevante asunto. Pero aun siendo este un tema que no de para mucho que escribir y que no sea de gran importancia, a mí me parece algo curioso y se me hace necesario expresarlo. Sí, amigos, porque hoy día, hasta la chica más guapa de la clase es una fan incondicional de Juego de Tronos, de algún anime, y en su cuarto seguro que tiene como mínimo un Funko Pop (yo tengo unos cuantos). Y esto por decir algo en concreto, que no todo queda reducido a tener muñequitos cabezones en la habitación, claro. Esto a principios de los años dos mil, era algo impensable. Mi adolescencia tuvo sus inicios ya en 1999, pero no fue hasta llegado el año 2000 cuando mi adolescencia comenzaba a dar rienda suelta. Siempre, absolutamente siempre, he sentido fascinación por lo que comúnmente denominamos «lo friki». Desde que era niño siempre dejé que mi mente se perdiera en mi imaginación, escribía pequeñas y absurdas historias en mi libreta o me ponía el delantal de mi madre a modo de capa para jugar a ser Superman correteando (aunque yo creía que volaba) por todo el jardín. Algo normal en un niño, pensaréis. Y así es, pero os diré que aunque muchos niños juegan a todo tipo de cosas, y pongan a trabajar su imaginación, no todos llegan a sentir la misma fascinación y no todos lo exteriorizan igual. Pero dejando la infancia a un lado, os venía a decir que a un mes de cumplir treinta y cuatro años, aún sigo escribiendo en la libreta pequeñas y absurdas historias que sólo leo yo y sigo llenando mi librería de libros de fantasía. Las películas de fantasía y ciencia ficción siempre han tenido mucho éxito, como por supuesto, y más aún, los videojuegos, los cómics, las figuras de colección, etcétera. Claro que sí, lo que vengo a deciros en estas líneas es que estas cosas siempre han ido dirigidas a un público muy concreto, sobre todo si hablamos de adultos. Pero desde hace unos diez años, quizás algo más, y por supuesto gracias al arte del marketing (por descontado), la escena friki ha llegado a un público más numeroso. El perfil del lector de cómics, por ejemplo, ha cambiado. Ahora el lector de cómics ya no es el chico con gafas, de aspecto raro, algo insociable, que prefería estar en su cuarto encerrado que con una pandilla de amigos en la calle. Siento si parezco estar caricaturizando o cayendo en tópicos, pero creedme que no son exageradas mis palabras. ¿A qué no parecería tan descabellado si en vez de hablar de un fanático de los cómics hablara de un fervoroso rolero? Por eso hacía referencia a que el perfil de friki ha cambiado. A mi mente siempre llega la imagen de esa hermosa chica rubia, de unos veintimuchos, sentada en el vagón de metro, que para nada tenía aspecto de ser friki o de alguna tribu urbana (quitando toda connotación peyorativa a esto último) que atenta leía un cómic de Spawn, y que vi hace unos años en el metro de Madrid. Quedé totalmente fascinado por semejante estampa. Lo que quiero decir, es que los frikis han dejado de ser esos que se reúnen una vez al año en el salón manga disfrazados de sus personajes favoritos, esos que quedaban en las ya (casi) extintas tiendas de cómics para jugar a algún juego de mesa. Y es que, aunque no todos llegan al mismo nivel de frikerío, todos somos frikis de algo ahora y no sentimos el más mínimo reparo en ello. ¿Por qué digo esto? Vuelvo atrás en el tiempo para que lo veáis más claro. ¿Acaso creéis que es lo mismo en estos últimos años sacar un cómic y pararte a leerlo en mitad del recreo ahora que como era, por ejemplo, en 2002? Pero si a mí, que siempre he sido un chico popular (con toda la humildad con la que se puede decir esto) en todas las clases en las que he estado, y que lejos ha estado de sufrir el más mínimo desprecio o bullying en el instituto, me llegaban a preguntar con mucha sorna que qué hacía yo leyendo un cómic con la de pelos que tenía ya en los huevos. Porque se veía raro, se veía raro hablar de Warhammer en el recreo, leer cómics y demás. Quizás lo único que siempre ha estado muy normalizado han sido los videojuegos, porque su impacto siempre ha sido fastuoso en todos los estratos de la sociedad y en todo tipo de niños y adolescentes. Y cuando me refería al marketing lo decía por cómo los distintas industrias del entretenimiento, a través de los medios y el comercio, han ido calando en la sociedad. El capitalismo ha tenido mucho que ver en ello, claro está. Os recuerdo que en uno de los centros comerciales más grandes y populares de Madrid, el Plaza Norte 2, os encontraréis una tienda que venden sola y exclusivamente camisetas frikis, con estampados de personajes de películas, series, videojuegos. Pero si hay una tienda así es porque hay demanda, porque lo que hay detrás de esas camisetas ha tenido un increíble éxito. La explosión de las series, películas, sagas cinematográficas, programas de radio o televisión donde se tocan estos temas que han proliferado en esta última década, ha dado lugar a que todo esto, «lo friki», se normalice, cale más en la sociedad y tenga la popularidad que tiene hoy día.  Esto no es más que otro ejemplo de lo que quiero decir. Y por ejemplos, podría poner cientos. Cuando estuve en la Audiencia Provincial de Madrid haciendo las prácticas de la carrera, me encantaba ver cómo en las mesas de los funcionarios, y hasta incluso en los despachos de algunos jueces, uno se encontraba algún muñequito de algún personaje de ficción, pero no era puro postureo, es que de verdad, si hablabas con ellos, sentían pasión por la serie o película que representaba dicha figurita. Ejemplos hay para aburrir, claro. Y esto lo enlazo con eso que comentaba del reparo: ya no hay reparo alguno en eso de decir que eres friki, a la chica guapa que te gusta ya no le va a echar para atrás eso. Ya no se ve nada raro o de gente rara (menos mal). Y hablando de chicas, quiero concluir esta nueva entrada de blog centrándome precisamente en ellas, las chicas. Esto de lo friki ha calado y de qué manera en el público femenino. ¿Y la cantidad de chicas gamers que hay? Estarás conmigo en que hace diez años o más, ver a chicas gamers no era habitual. Adolescentes, chicas de todas las edades, encandiladas por los videojuegos qué, además, la mar de sabiondas, te dan lecciones sobre este juego y aquél, ¡antes era impensable! Todo esto me hace sentir contento, muy contento, me maravilla ver cómo ha cambiado tanto todo. Si te parecen exageradas mis palabras, o estúpido todo esto que estoy recalcando, pásate un día por cualquier tienda de la Fnac, observa, y luego piensa en esto. Me fascina ver a tantas chicas y personas de todas las edades contemplando atentamente los libros de ficción, los cómics, juegos, etc. Sí, absolutamente, en esta sociedad que tantos prejuicios tuvo con estas cosas, se ha dignificado lo friki. Y yo que me alegro.

 

Por cierto el 25 de mayo, que ya está al caer, se celebra el Día Internacional del Orgullo Friki.

 

Gracias a todos por seguir leyendo Anhelarium.

5 comentarios

  1. Bueno, quizá es que todos siempre fuimos hasta cierto modo «frikis», pero antes lamentablemente daba penita decirlo, sobre todo durante la adolescencia, cuando la gente es más cruel, (si, yo si sufrí bullying jaja). Cómo bien dijiste la palabra mucho se asoció con la idea de una persona que en pocas palabras «era el chico de gafas, el nerd obsesionado con el manga y los videojuegos, el que no tenía amigos populares ni suerte con las chicas y que solía gastarse las tardes y las vacaciones en su casa, leyendo cómics y coleccionando cosas». Nadie quería ser ese chico, ser señalado y tildado de «rarito».

    Creo que la televisión influyó mucho a qué se tuviera esa primera idea del friki, así que la gente optaba por guardarse para si misma sus aficiones. Yo por ejemplo, no andaba contando por ahí que estaba obsesionada con El Señor de los Anillos y que tenía como veinte mil pósters en el cuarto de Legolas Greenleaf, mi novio y amor platónico jaja. O que todavía en segundo curso, estaba obsesionada con los Power Rangers y no me perdía ni un capítulo, y que todo lo que deseaba era un disfraz de la Pink Ranger para Halloween.

    Ahora en cambio lo friki se ha puesto de moda, es tan normal ir por ejemplo al cine, a la premiere de Star Wars o Avengers y ver a adultos caracterizados de sus personajes favoritos, y eso es algo cool, incluso te quieres acercar a esa gente a tomarte fotos, para luego presumir en insta que viste a Capitán América.

    Cuando estuve en Disney, con mis frescos 28 años, recuerdo haber corrido a abrazar emocionada a Chewbacca en la casa de Star Wars, y eso que nunca he sido tan fan de la guerra de las galaxias, pero crecí con eso, era bonito, y más aún, ver qué la gente en la fila se conformaba de personas de mi misma edad e incluso mayores, de hecho los niños pequeños eran los menos interesados jajajaja

    Me resulta cómico como hablas de la chica popular y el énfasis que haces en que ahora es fácil verla leyendo cómics o siendo experta en videojuegos. Ciertamente tienes mucha razón, los estereotipos se han ido rompiendo en los últimos años. Confieso que si te hubiera conocido tiempo atrás, nunca hubiese imaginado que te iba lo friki, ¡que va!, te pareces más al chico popular, al muy guapo (tenía que decirlo) que arrasa en el colegio, y que no se detiene a prestar atención a esas cosas.

    Es un claro ejemplo de que las etiquetas han sido socialmente mal empleadas a lo largo de mucho tiempo y el que, usando tus palabras, se haya dignificado lo friki, es de hecho algo bueno, «los frikis saliendo del closet», eso me encanta, porque los círculos de amigos crecen, las conversaciones se enriquecen y la idea de organizar maratones para ver todas las pelis de Alien o de Harry Potter se vuelven de los mejores planes para hacer el fin de semana.

    Recordare el día internacional del friki, gracias por el dato!!, pero más importante todavía es que el veinte de mayo cumples años, dejaras la edad de Yisuscraist y cada vez eres más sabio y luces más guapo, como es que le haces?

    Abrazos muchos!

    29 abril, 2020 en 11:59

    • ¡Hola Alba! Muchas gracias por tu comentario. Antes que nada, lamento que sufrieras acoso escolar, una experiencia por la que nadie debería pasar, si siquiera el más tonto de la clase. Sólo espero que no fuera por mucho tiempo y que no te dejara mucha huella.

      Efectivamente, cuando hice énfasis en la «chica guapa» era para mostrar lo mucho que el estereotipo de «friki» ha cambiado. Me ha quedado quizás una entrada de blog algo tonta, estoy seguro que podría haberla escrito mucho mejor, pero bueno, me salió así y a veces lo improvisado es mejor, más natural.

      ¡Sí! El miércoles próximo hago 34 años, ¡y yo me sigo viendo igual! Cómo pasan los años, jajaja. Estoy pensando escribir una entrada llegado el momento.

      Por cierto, me encanta que seas fan de los Power Rangers y de ESDLA. También lo soy de Star Wars pero no tanto como con los primeros. Legolas Hojaverde, buuuahh, qué personaje…Aunque, ¿sabes? A mí no me terminó de convencer el papel que hizo Orlando Bloom, creo que no le dio la potencia que merecía en la película el personaje de Legolas.

      Ah, no se me puede olvidar darte la razón en lo que dices de la televisión (series, películas). Caricaturizaron mucho lo «friki».

      Un abrazo gigante, Alba. Seguimos en contacto.

      14 mayo, 2020 en 6:52

    • Un abrazo muy grande también para ti Álvaro!! 🤗, sin duda espero que si escribas la entrada por tu cumpleaños 34, yo estaría encantada de leerla.
      Muchos besos!!

      14 mayo, 2020 en 9:29

  2. Lis

    Como contemporánea entiendo a la perfección lo que has escrito, he estado de los dos lados, en la adolescencia era de esas chicas que veía al otro como raro por leer un cómic o jugar con su colección de cartas durante el receso. Uno que otro chico eran rechazado por ese motivo.

    Pero como bien dices, los tiempos han cambiado, afortunadamente para bien, ahora sin importar la edad, profesión, todos somos «friki».

    5 julio, 2020 en 1:10

    • Así es, Lis. Gracias por compartir tu comentario, porque no hace más que ejemplificar más lo que quise reflejar en esta entrada.

      Un abrazo y buen inicio de semana, Lis. Espero verte más por Anhelarium.

      Orgullo friki! 😀

      5 julio, 2020 en 8:47

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