True Detective – Entre la luz y oscuridad
Anoche terminé de ver los ocho episodios que componen la primera temporada de esta espléndida serie. Una nueva serie policiaca que no ha pasado desapercibida para nadie. Una nueva serie policiaca, como otras muchas que están por llegar, como muchas que ya se han hecho, y que en esta ocasión, se encarga de pulir, y a la perfección, los errores de las series de este género. True Detective toma ciertos matices de series como Twin Peaks, algo que se aprecia sobre todo en los primeros minutos de su capítulo piloto, pero no es más que una pincelada, la recuperación de algo que pertenece a la vieja escuela para dar forma a algo mucho más allá, pues True Detective adquiere una forma única nunca vista antes en la pequeña pantalla, una serie con una personalidad rotunda y que sin duda alguna, se convierte en un referente, en un nuevo punto y aparte en las series televisivas.
Cuando creíamos que no volveríamos a ver, al menos a corto plazo, una serie como Breaking Bad, Nic Pizzolatto, creador de True Detective, da forma a una nueva serie de culto. Porque en esta nueva serie sobre detectives, no vemos (y damos gracias) a esos clichés del género, esos personajes tan repetitivos y con falta de carisma, porque quizás carisma tenía el primero de ellos y el resto son una copia barata. True Detective excava en la personalidad de estos dos detectives, Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin «Rust» Cohle (Matthew McConaughey) de la División de Investigaciones Criminales de la Policía Estatal de Luisiana. Sorprende de primeras ver a dos pesos pesados e Hollywood en la pequeña pantalla, y más en una serie que apuesta a lo grande. Sobre todo Matthew, que en estos últimos años ha pasado de ser el mediocre actor de insoportables comedias románticas a ser uno de los mejores actores del momento. Matthew parece ser que envejece como el buen vino. Desde luego, la serie parecía tenerlo todo. Parecía no poder salir nada malo de este proyecto. HBO es de las cadenas que más calidad con sus series ha aportado a la televisión (véase A Dos Metros Bajo Tierra, por ejemplo) y con estos guionistas y estos actores, indiferente no dejaría nunca, eso seguro. Y así ha sido. Porque vemos a unos personajes interpretados de manera magistral. Y es que hasta los personajes secundarios resultan de lo más relevantes, como es el caso de Maggie Hart (Michelle Monahgan) la cual ha estado pletórica y bellísima a lo largo de estos ocho capítulos. Y qué decir de Glenn Fleshler, un actor para mí desconocido hasta el momento pero que en los breves momentos en los que aparece en la serie, levanta una tremenda turbación en el espectador. Un papel espectacular.
El guion es ya, como he dicho antes, toda una referencia. Un soberbio guion que no sólo se centra en los diálogos, sino que ahonda en todos los perfiles y matices de los personajes, en sus gestos, su mirada. El guion requiere hasta el último detalle, incide hasta en la manera en la que Rust fuma su cigarrillo. Esta guion es autenticidad, completa autenticidad. Pero un buen guion no es nada sin una buena realización, y ahí entra en juego Cary Joji Fukunaga, que es quien ha creado la atmósfera en la que se esparce True Detective, creando una puesta en escena tensa, tenebrosa y recóndita. Porque sin muy exagerado que parezca, uno siente al ver esta serie como si algo lo acompañara, como si el espectador fuese también observado por algo o alguien, por alguna extraña entidad que persigue a los protagonistas por todo el camino.
La historia comienza en un escenario que parece de lo más irreal. Martin y Rust se topan con un crimen perpetrado de una manera que sobrepasa lo macabro. El cadáver de una mujer desnuda, con extraños símbolos ocultistas en su cuerpo, atada de pies y manos, con unos cuernos de venado en su cabeza y en mitad de una plantación de caña de azúcar, es el punto de partida de un largo recorrido, lleno de oscuridad y brujería, maldad, y mucho nihilismo. La pareja de detectives formada por Hart y Cohle encabezan el grupo especial de investigaciones, todo indica que un asesino en serio anda suelto, y juntos irán tras su pista. Por el camino, a medida que va quedando aún más latente la mezquindad de este mundo, ambos detectives irán dejando ver el drama que encierran sus vidas. Martin Hart es un conservador padre de familia, una familia tradicional y cristiana, con ciertos problemas de comportamiento, muy integrado en la sociedad rural de Luisiana y con cierto prestigio dentro del cuerpo de policía. Pero Cohle, recién llegado del estado de Texas, es un hombre renegado, de personalidad rara y pesimista y que arrastra una profunda depresión por la muerte de su hija pequeña. Rust tiene una visión muy pesimista y negada de la humanidad, es ateo y su filosofía nihilista ofende la mentalidad religiosa de los pobladores de esa zona rural de Luisiana. Ambos detectives son como la noche y el día, y es por ello que su relación es muy compleja y a veces chocante, llegando a vivir numerosos climas de tensión entre ellos.
La investigación avanza y va dejando al descubierto varios crímenes perpetrados por delincuentes marginales, una misteriosa secta que utiliza a Jesús como reclamo pero que sus rituales tienen más que ver con la brujería y el satanismo y una popular iglesia cristiana evangélica en la que se han producido delitos encubiertos de pederastia en el pasado y que está liderada por un rico y poderoso reverendo muy ligado a las altas esferas del poder político de Luisiana. Pero no nos podemos olvidar el misterioso Rey Amarillo, supuestamente el cerebro de toda la trama criminal, y un lugar, Carcosa, el escenario de todos los crímenes y violaciones.
Los primeros episodios nos muestran los hechos del pasado de forma no cronológica, en un lento transcurrir, en flashbacks narrados por ellos mismos, quedando los dos últimos como los más perceptibles al situarse ya en el presente. Matthew McConaughey y Woody Harrelson están soberbios, tanto que al finalizar anoche el octavo episodio, ya los echaba de menos. La segunda temporada contará con una pareja de detectives completamente nueva, pero será muy difícil superar a ésta, creedme.
Estás ante una serie cuidada al detalle y de una calidad excepcional. Una serie llena de luz y oscuridad, en la que sus personajes dialogan con el infinito y miran hacia las estrellas. Una serie que hasta en sus momentos de silencio, tiene algo que decir. Sin duda alguna, la primera temporada de esta serie quedará en la historia como una de las mejores de la televisión americana.
Realmente esta serie es canela visual y fue una de mis primeras entradas en mi pagina, una noche me vi los últimos tres episodios de tirón…..La cabecera y la música ya te enganchan desde el primer momento y como en juego de tronos estas deseando volver a escucharlo para dejar tu vida a parte y zambullirte de lleno en la serie….
Tiene muy buena pinta lo que he visto de tu blog seguiré pasando las pagina y disfrutando de tus gustos.
22 enero, 2015 en 22:21
Por cierto el otro día escuchando la radio oí que David Linch tiene pensado retomar su serie mítica…..joder volver a escuchar a Badalamentti y sumergirte de lleno en ese universo.
22 enero, 2015 en 22:28
Exacto Vidal, y te digo más: mi amigo Salva está preparando un programa de radio que trata exclusivamente sobre la Twin Peaks y sobre todo, con vistas a comentar la nueva temporada. Y con respecto a True Detective; a pesar de que el reparto de la nueva temporada (que aún no sé cuándo se estrenará) no me entusiasma mucho, los productores y guonistas de la serie seguro sabrán sacar partido de los actores y ofrecerán una nueva lista de capitulos igual de impactantes.
Un saludo, Vidal.
23 enero, 2015 en 17:19