¡23 años de aquellos Power Rangers! Una de las series que más marcó nuestra infancia
El otro día recordé este post que publiqué hace casi un año en el que le daba las gracias a los Power Rangers no sólo por haberme hecho disfrutar tanto en mi niñez sino por meter en mi vida el AOR y hacer que me acabara enamorando de esta música para los restos. Y aunque hay que aclarar que era algo muy habitual que el AOR fuera la música elegida para poner melodía a una gran cantidad de series y películas de la época, sin duda, junto con Los Vigilantes de la Playa y su I’m Alway Here de Jimi Jaminson, los Power Rangers fueron los que más hicieron que esta música calara en lo más hondo de mí.
Y precisamente al recordar esto, me pregunté cuánto tiempo había pasado ya desde entonces, desde que esa serie encandilara a todos los niños que por aquél entonces teníamos una infancia saludable, acorde a nuestra edad (pobrecillos los niños de ahora con tanta fornicación y violencia a su alrededor). Así que tras googlear un poquito me percaté que nuestros añorados Power Rangers cumplirán este próximo mes de agosto 23 años. Y parece que fuera ayer…
¡A metamorfosearse!
Los Mighty Morphin’ Power Rangers fue el comienzo de una de las mayores sagas de nuestra cultura televisiva. Y esto precisamente lo digo por su duración, ya que a día de hoy, tras 23 años, dicha saga continúa. Como es todo un habitual aquí en occidente, le copiamos la idea a los del otro charco. La serie original provenía de Japón y fue Haim Saban, un productor de televisión estadounidense de origen israelí quién adquirió los derechos para adaptarla al público occidental y comercializarla sacándole el máximo rendimiento. En Japón, y desde hace más de 30 años, se emiten series denominadas sentai (en español: grupo de héroes), y sólo unas pocas atravesaron el Pacífico y triunfaron en las parrillas televisivas de occidente como Ultraman o los Turbo Rangers. Pero hay que decir que las series asiáticas de este tipo fascinan a los asiáticos, se amoldan a su cultura, costumbres y manera de ser. Y es por eso que Haim Saban acondicionó la idea al estilo americano. Y ya sabemos todos que lo que mola en Norteamérica mola en todo el mundo.
Sin duda alguna, la versión yankee de Mighty Morphin’ Power Rangers es superior en todos los sentidos a la japonesa. Los americanos son los amos del entretenimiento y endulzaron la atmosfera de estos coloridos superhéroes encajándolos en el típico instituto americano. Y es que las series de instituto precisamente tuvieron su origen pocos años antes con Parker Lewis nunca pierde, serie de la que ya os hablé hace años en Anhelarium y Salvados por la campana, creando una exitosa fórmula televisiva que dura hasta nuestros días. Porque sí amigos míos, las series de instituto eran lo más en esos días, pero los productores americanos no sólo supieron encuadrar la serie en un ambiente típico de instituto.
La serie además contaba con una canción muy, pero que muy chula, y estaba protagonizada por personajes mucho más carismáticos que la versión nipona. A esto añadir que los capítulos eran mucho más emocionantes y estaban cargados de humor. Recordad si no a los míticos masillas, al adorable y en ocasiones ahostiable Alpha 5 y los malotes del cole, Bull y Skull. ¡Todos nos reímos con ellos!
El éxito estaba asegurado
Comenzó a emitirse en agosto de 1993 y la serie tenía todo lo que podía encandilar a un niño de la época. Si ya de por sí resultaba molón ver a unos superhéroes que aún iban al instituto y entre clases, exámenes y actividades extraescolares combatían al mal, liderado en esta ocasión por Rita Repulsa y sus secuaces, molaba un puñado más si veíamos a estos héroes enfundados en trajes de colores a cada cual más chulo. Sin olvidarnos de las armas y por supuesto de los dinozords, los primeros Zords de los Power Rangers, con apariencia de dinosaurios, que constituyen la fuente de poder de las primeras Power Monedas y que utilizaban cuando los malotes de turno, porque todos lo hacían, se transformaban a tamaño gigante. Era ahí cuando se ponían a pelear entre edificios de cartón y donde saltaban chispas del suelo en plan petardos baratos de la manera más cutre. No sé si muchos se dieron cuenta, pero las escenas de lucha entre los zords y los malotes eran escenas totalmente copypasteadas de la versión japonesa.
Si no me equivoco, esta primera saga de la serie duró 3 temporadas, con un total de 155 capítulos. Además Power Rangers era una serie regular que se emitía en USA a diario y esto hacía que no hubiera niño que no conociera la serie. La misma se emitía en pleno horario infantil y recuerdo con mucha nostalgia que en aquellos veranos de principios de los noventa emitían sus capítulos todos los días a mediodía.
Recuerdos de infancia
Pero lo que más recuerdo con cariño son todas esas charlas que teníamos sobre los Power Rangers en el recreo del cole o cómo pasábamos las horas y horas jugando a ser uno de ellos. Cualquier momento era el idóneo para jugar a ser Power Rangers. Nunca olvidaré aquellas mañanas de verano que me iba a casa de Armando a jugar con nuestros Power Morphers para metamorfosearnos, esos que nuestras madres nos habían comprado en la juguetería y por supuesto, nuestras Blade Blaster, las armas básicas de los cinco Power Rangers que disponían de dos modos, un modo cuchillo y un modo pistola láser.
A mí me encantaba ser el Power Ranger rojo, pero cuando comenzó la saga del Green Ranger y éste pasó a formar parte de los buenos, todos nos enamoramos de él. Todos queríamos ser el Power Ranger verde porque el verde tenía un escudo dorado la mar de chulo, tenía una daga que usaba al mismo tiempo como ocarina con la que llamaba a su zord y además éste era el más soberbio de todos, el famoso Dragon Zord. Entre todas esas charlas que teníamos, me acuerdo perfectamente de lo jodidamente hechizados que nos dejó ver las nuevas imágenes promocionales de los que serían los nuevos episodios de los Power Rangers. ¿Por qué? Pues porque junto a los cinco Power Rangers, aparecía uno más, ya no estaba el Green Ranger entre ellos, en su lugar, uno de color blanco, con un escudo aún más elegante y de apariencia más poderosa que tenía la forma de un tigre. Me río al recordar cómo teorizábamos sobre quién sería ese nuevo Ranger y cómo algunos de mis amigotes decían que ese sería el mismísimo Zordon, mentor de los Power Rangers que fue encerrado por Rita Repulsa en un agujero en el tiempo, una especie de contenedor espacial donde permaneció 10.000 años.
El White Ranger colmó el vaso. Si la serie ya era un éxito, con la aparición de este nuevo personaje, que resultó ser Tommy Oliver, el antiguo Green Ranger que abandonó el grupo para regresar nuevamente como el líder pero esta vez como el Power Ranger blanco, ahora no había niño que no hablara de lo mucho que le gustaban los Power Rangers. Por cierto, me acuerdo que Tommy estaba enamorado de Kimberly, la Pink Ranger, que posteriormente salía en la serie Felicity y que finalmente se hicieron pareja. Como White Ranger, Tommy recibió los poderes del Tigerzord, y su arma era el sable parlante llamado Saba. El Power Ranger blanco pasó a ser el preferido por todos. A mí es el que más me acabó gustando.
La serie fue todo un fenómeno, y como es comprensible, nadie quiso parar la franquicia que tantos y tantos beneficios estaba reportando. Pues no sólo la serie triunfaba, sino también todo lo relacionado con ella. Juguetes, merchandising…Así, la serie se fue renovando cada año y cada año comenzaba una saga distinta. Creo que la siguiente fue Power Rangers Zeo y a partir de ahí, me pierdo totalmente en la infinidad de sagas y personajes que hasta la fecha no paran de salir. Es indiscutible que la primera saga fue la más aclamada. Y si bien es cierto que las generaciones van sucediéndose y cada una se identifica con la saga que le corresponde temporalmente, a día de hoy sigue siendo Mighty Morphin’ Power Rangers la más añorada y venerada por el público en general. Los productores se aseguran que cada generación de chavales tenga su serie de Power Rangers y en mi opinión, creo que ya saturan bastante y es por eso que ninguna saga ha tenido ni tendrá el impacto de la primera.
En el año 1995 se hizo la película: Power Rangers: The movie. Me acuerdo nítidamente del momento en que mi amigo Armando, su hermano pequeño y yo, acompañados por el padre de éstos que aburrido se sentó atrás a echar una cabezadita, estábamos expectantes en la sala de cine esperando que diera comienzo la esperada película. Se presentaba muy atractiva pues lo primero que llamaba la atención de ésta eran los nuevos trajes. Ya no parecían unos llamativos pijamas, sino que para la ocasión, eran unas armaduras, con un aire mucho más estilizado y moderno. Y si mucho me marcó la serie, la película no se quedó atrás y en el post que os enlazaba antes explico por qué. No olvidaré jamás el final de la peli, con todos los Rangers juntos, contentos por haber derrotado a Lord Zedd y sonando de fondo el Dreams de Van Halen. Ya en el 97 se volvió a hacer otra película que ni de lejos alcanzó el éxito de la primera y que ponía fin a la saga de Power Rangers protagonizada por Jason Lee (Red Ranger), Kimberly Hart (Pink Ranger), Trini Kwan (Yellow Ranger), que acabó pocos años después falleciendo en un accidente de coche, Zack Tylor (Black Ranger), al que me acuerdo percatarme de que le faltaba un dedo, Billy Cranston (Blue Ranger) y Tommy Oliver (Green/White Ranger). Aunque éste último ha sido el protagonista más notorio y acabó participando en varias sagas posteriores.
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