La fotografía
La fotografía, esa capacidad de poder plasmar para la eternidad algo, como si de magia se tratara. ¡Pero qué digo! ¡Es pura magia la fotografía! Inmortalizar un momento, para recordarlo y poder recrearte en él todo cuanto quieras. Personas, lugares, paisajes, todo a tu disposición, para contemplarlo como es debido y marcharte sabiendo que te guardas ese momento. Esa fotografía hace que el instante que has vivido, te pertenezca para toda tu vida. Con la fotografía me pasa lo mismo que con la música. Los que me leen saben que impregno esas canciones que tanto me seducen con momentos importantes de mi vida. Hay canciones que me recuerdan a alguien, o a una etapa concreta de mi vida, un verano, un viaje, una anécdota, un momento inolvidable, incluso tan sólo un instante. La música llena mi vida y me da energías, me deleita y me anima siempre a seguir adelante pero también acerca con total nitidez a mi mente todo lo que con sus notas y estribillos ha capturado. Y hablando de capturar, imaginaos lo que puede llegar a significar para un nostálgico patológico como yo, una fotografía.
“Las fotografías abren puertas al pasado, pero también permiten echar un vistazo al futuro.”
Sally Mann
Hubo una cámara, la primera que sostuve en mis manos. Era la cámara de fotos de mi padre, una Werlisa Color, una cámara de los años 70 con una peculiar funda de cuero negra que recubría toda la cámara, y que abría una tapaderita que dejaba al exterior el objetivo. Mientras escribo estas líneas mi rostro ha dibujado una sonrisa, pues recuerdo con dulzura ese niño que un día fui, que apenas sabía sostener la cámara de su padre y que ansioso deseaba hacer fotos. Me alegra mucho saber que esa cámara aún existe, que la tiene mi padre guardada en su despacho y que es parte mí de herencia familiar. Con ella mi padre eternizaba días de playa, o nuestras tardes de domingo. Pero recuerdo también una cámara que llamó mi atención desde el primer momento en que la vi, y precisamente porque nunca hasta entonces había visto una cámara así. Hablo de la Vivitar LF. A mi corta edad nos es que hubiera visto muchas cámaras, pero asimilaba que todas eran grandes, cuadradas o rectangulares, prominentes y de considerables objetivos. Por eso, cuando mi madre me enseñó la cámara que se había comprado por catálogo, no me parecía precisamente una cámara, sino más bien un mando a distancia. Y con ella igualmente capturé aquellas fotos que en algún álbum familiar llegarían a estar pero que desde luego no las tengo por desgracia en mi poder. Y lo mismo pasa con la Vivitar, que a saber qué fue de ella.
“Hoy todo existe para culminar en una fotografía.”
Susan Sontag
Me siento orgulloso de haber vivido mi primera experiencia en la fotografía con cámaras tan míticas como aquellas. A medida que pasaron los años utilicé un par de cámaras digitales, una SONY P52 con la que pasé muy buenos momentos y que asocio con muy buenos años de mi vida, fue una cámara que me acompañó durante gran parte de mi adolescencia. Durante unos pocos años me centré en las cámaras que los móviles de esos días ofrecían. Todos decían que para ser fotos hechas con móvil, conseguía lograr unas fotos muy bonitas y llamativas. En 2009 me compré una HP PW460TA, 12.1MP que poco me duró, pues se me cayó desde una altura considerable. Tras ella, volví a centrarme en hacer fotos con las cámaras de mis móviles, unas cámaras mucho más avanzadas. Y no fue hasta la primavera pasada cuando decidí de una vez por todas dar un paso más en esto de la fotografía y adquirí mi Nikon D3100, mi primera cámara réflex. Tras comparar y mucho estudiar qué réflex comprar, me decidí por la que es considerada la mejor cámara para iniciados en la fotografía réflex. Su elevado precio no me importaba, pues sabía que con ella tendría cámara para muchos años. Las prestaciones que la Nikon D3100 ofrece son excelentes, además es la primera cámara réflex de Nikon con grabación de vídeo Full HD (1080p). Ofrece previsualización Live View, así que puedes hacer las fotos mirando por el visor o por la pantalla de la cámara. Funciones avanzadas de autoenfoque que permiten un enfoque continúo del sujeto sin tener que mantener apretado eldisparador y muchas funciones más. No es de extrañar que sea la cámara réflex más vendida en Amazon EE.UU.
“Si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara.”
Lewis Hine.
Llevo pocos meses con esta cámara y aun siendo un novato en esto de la fotografía réflex, creo que la cualidad que siempre he tenido para captar imágenes se ve nuevamente reflejada en las fotos que tomo. Al principio resulta complicado hacerse con el control del modo manual. Saber conformar y modelar la ISO, la velocidad de disparo y la apertura del diafragma para que originen una buena captura, es algo arduo pero que con la práctica y el empeño, se consigue.
«Las fotografías más bellas son aquellas que te generan recuerdos. Incluso si aún no lo has vivido.»
Hersson Piratoba
A finales de este pasado verano, abrí un nuevo blog adosado a Anhelarium, una galería donde dar rienda suelta a mi lado más artístico. En esta nueva página muestro y comparto con el mundo mi amor por la fotografía y la poesía, la unión de ambas artes, puesto que son el motor que propulsa mi inspiración.
“A través de mis fotografías puedo hablar de manera más intrincada y profunda que a través de las palabras.”
Richard Avedon.
Luego, y con total cariño e ilusión, aquí hago muestra de este espacio de exposición, de esta GALERÍA DE ANHELARIUM, la cual espero visitéis a menudo, ya que es otro rincón particular, una ventana más al pasado al presente y quién sabe si al futuro, y que comparto, con ánimo y deseo, con todos vosotros.
La fotografía http://t.co/oicroYHcNt
— Anhelarium (@Anhelarium) septiembre 24, 2014
El placer de encontrar una foto en el camino ,como la que hice yo volviendo de las vacaciones y que representa un atardecer con una luz increíble sobre unos molinos y que he utilizado como presentación de mi pagina.hace tiempo que hago también fotos y ahora mi cámara réflex se ha quedado un poco corta,por eso de los megas .Acostumbra a llevar tu cámara ,nunca sabes cuando vas a encontrar ese momento mágico.
Un abrazo y fotografía todo lo que te emociona compañero
20 marzo, 2015 en 23:17
Los atardeceres son mágicos, Vidal. Para mi es el momento en el que de la forma más natural y cercana, podemos contactar con la grandeza de este basto universo que nos envuelve. Y sí, tengo mi cámara siempre preparada, colocada en una esquina de mi despacho siempre a mano para esos momentos en los que me apetezca inmortalizar algún momento, lugar o paisaje.
Un fuerte abrazo, Vidal 😉
24 marzo, 2015 en 19:23
“Las fotografías más bellas son aquellas que te generan recuerdos. Incluso si aun no lo has vivido.”
Hersson Piratoba (me ha encantado esta frase)
A lo mejor es que te entiendo tan bien porque yo cómo tú, también amo tomar fotografías. Empece desde pequeña, pero yo de cámaras y de funciones de las cámaras y en general, de toda la tecnica de la fotografía sé más bien poco. Simplemente lo hacía como un hobbie en aquel tiempo, mi primera cámara era de esas baratisimas que iban con rollo y que vendían en las pequeñas tiendas de Kodak y Fujifilm de los pequeños negocios fotográficos. Me divertía tanto comprar rollos, ir por ahi retratando plantas, paisajes y personas, y era todavía más emocionante cuando iba a revelar esos rollos. Yo aun conservo un montón de albumes fotograficos de todas las fotos de mi vida, las que he tomado sin ningún motivo, y las que he tomado por motivos muy especiales.
Mi madre solía escandalizarse todo el tiempo, me preguntaba si era consciente de la cantidad de dinero que se me iba en revelar las fotos, creo que nunca pensé verdaderamente en eso, es cómo con los viajes, de lo bien que me hacen sentir me doy cuenta que cada centavo gastado siempre valió la pena.
Luego tuve mi primera cámara digital que se cargaba con pilas doble A, y así por muchos años, hasta que la cambie por una que me obsequió un tío mío. Finalmente me compre una semiprofesional, de la que solo sé que es una Samsung, pero desconozco más detalles. A pesar de ello sigo tomando fotografías, sobre todo cuando viajo, a cualquier lado, una ciudad lejana o un pueblo cercano ¡qué más da!, la belleza de la vida se encuentra en todos los pequeños instantes que suceden a diario, ¡y cuando puedes capturarlo en una foto es maravilloso!, porque como bien dices Álvaro, el momento queda inmortalizado para siempre.
A veces he pensado en tomar cursos de fotografía, pero al final nunca lo hago porque realmente no me importa mucho tomar «buenas fotos», lo que de verdad me importa es divertirme haciéndolo, y capturar momentos a los que pueda volver siempre en mis recuerdos. Y es por eso que en mi caso las fotografías y los viajes son una gran combinación, porque basta ver la primer foto que hice del primer sitio que visite sola para que me brinque el corazón de emoción.
Sí, las fotos también me anclan en la melancolía a veces, porque extraño mucho los tiempos que se fueron, a las personas que ya no estan y la mujer más joven que era antes, me doy cuenta del paso del tiempo y me duele descubrir que los paisajes seguirán estando ahí cuando yo me haya ido, pero bueno, todo es parte del ciclo de la vida.
¡Dios!, extrañaba tanto leer algo de anhelarium, supongo que me resistía porque no quiero acabarme este blog tan pronto, así que voy a leerlo con más calma, a tiempos más espaciados y sobre todo, en momentos en que la nostalgía me consuma a tal punto que pueda dejar un comentario que verdaderamente valga la pena.
¿Sabes?, siempre creo saber porque es que me gusta tanto, y en cada probable comentario te de una razón diferente, es como si tras cada rato de lectura descubriera algo nuevo sobre este espacio, y hoy al menos he descubierto que no solo es el hecho de sentirme identificada lo que me trae siempre aquí, sino además es que leer tus entradas me dan una calma muy bonita.
22 noviembre, 2019 en 17:43
¡Hola Alba!
Somos de edades cercanas y eso hace que tu trayectoria con las cámaras fotográficas sea parecida a la mía. Yo también tuve una de esas cámaras digitales que llevan más de una década obsoletas y que se alimentaban con un par de pilas recargables. Era una Sony con una pantalla bastante pequeña donde apenas podía verse si la foto tomada había quedado bien o mal.
También he tenido a veces la idea de meterme en algún curso, pero coincidimos en que mi intención no es manejar los entresijos técnicos de la cámara al completo y conocerlos como la palma de mi mano. Considero que hago buenas fotos y con las que hago y cómo las hago, me conformo.
Hace tiempo que ando bastante desconectado de la fotografía, tanto que tan sólo me faltan 5 fotos para terminar mi libro de fotografía y aún no las he tomado. Nunca veo el momento de hacerlo y no quiero postergar mucho más la publicación de este libro.
Buen domingo y buen inicio de semana, Alba. Gracias por tus maravillosos comentarios en Anhelarium y el cariño que le tienes a este espacio.
¡MIL GRACIAS!
8 diciembre, 2019 en 12:26