Daredevil [2015] La justicia es ciega
No soy de MARVEL, prefiero millones de veces el Universo DC. Pero no soy de esos frikis que entran en discusiones absurdas y se dedican a echar bilis mental sin sentido. Detesto este tipo de fanatismos absurdos provocándome bastante vergüenza ajena muchos de los comentarios que leo cuando se tratan estos temas. Tan sólo, y sin desvalorar a nada ni a nadie, prefiero DC por la autenticidad de sus personajes, personajes de mayor calado en mi modesta opinión. Porque a pesar de que MARVEL ofrece una amalgama superior de superhéroes y superheroinas, siendo sin duda alguna la editorial que más personajes ha aportado al mundo de los cómics, su infinidad de personajes no llegan a transmitirme a penas ningún tipo de interés salvo unos pocos, concretamente dos, Lobezno y Daredevil.
Lo mejor que ha lanzado MARVEL en la actualidad
Hacía mucho tiempo que no publicaba una entrada donde dejara correr mi lado más friki y creo que tras haberme quedado totalmente prendado con la serie de Daredevil, no hay mejor momento para hacerlo. He disfrutado muchísimo de todos y cada uno de los episodios que componen la que por ahora es la única temporada de las serie, protagonizada por Charlie Cox (La Teoría del Todo, Encontrarás Dragones) y dirigida por Drew Goddard (La Cabaña en el bosque). Todo el mundo me la recomendaba, y si así era, pensaba yo, es que no sería una serie al estilo Flash o Green Arrow (lo siento, no puedo con ellas, y me temo que Supergirl va a ir por los mismos derroteros). Todo lo contrario. Por eso deseaba deshacerme ya de los exámenes finales y meterme de lleno con esta serie.
¡Es que ni Los Vengadores! Que me perdonen los acérrimos de MARVEL, pero no ha habido nada que hayan hecho tanto en cine o televisión que me haya dejado mínimamente hechizado como esta serie. Esperando a que hagan algo parecido, ya sea en cine o televisión, con Logan (nuestro venerado Wolverine, cuya última película -Lobezno: Inmortal- es para olvidar), con Daredevil nos topamos con una serie con alta dosis de realismo y crueldad. Donde se lleva al personaje más allá, envuelto en un formato más para un público adulto, que incluso muestra por momentos un lado gore.
La readaptación que se esperaba de Daredevil y la serie que MARVEL necesitaba
Y digo readaptación porque no se podía haber hecho nada peor que aquél Daredevil de Ben Affleck allá por 2003. Ni recuerdo cual fue el director de esa película ni me molestaré en buscarlo, porque evito acordarme de esa porquería, quizás la peor película que se haya hecho sobre superhéroes sin olvidarnos por supuesto de la Catwoman de Halle Berry. Así, la readaptación, digo, era y ha sido necesaria, porque junto al mencionado Lobezno, Daredevil es de los poquísimos personajes marvelianos que considero, tienen una historia atrayente, además de una autenticidad incomparable.
Ah, y sí. MARVEL necesitaba algo así. No quiero entrar en la dialéctica de compararlo con DC. Pero éstos han sabido dar esa giro de tuerca, tomar ese otro camino para ofrecer algo más de esos personajes que todos conocemos. Y no me refiero exactamente a ese halo oscuro y serio con el que han impregnado hasta al mismísimo y querido Superman. Sino de ahondar en la legitimidad del personaje. Nada de saltos, postureos y frases con chispa en momentos de infantil heroicidad. MARVEL durante mucho tiempo (y lo sigue haciendo) ha rayado lo infantilesco y en mi opinión, ahora han dado en el clavo. Ofrecen algo que cala y no roza lo típico, tópico e insulso.
La justicia es ciega
Y a veces ni es justicia. Pero tampoco los villanos van siempre con ridículos disfraces. Por eso en esta nueva versión de Daredevil, vemos como los villanos son los políticos corruptos vestidos de traje de chaqueta o violentos y mafiosos rusos con sus sucios negocios de trata de blancas y tráficos de drogas. Como dije anteriormente, la serie tiene una alta dosis de realismo y no sólo en esto se escenifica, sino también en esos momentos de acción que tanto uno ansía ver en este tipo de producciones. Las peleas tienen una gran coreografía, una bastante creíble que poco tiene que ver con las que vemos en otras series del género, donde abusan de planos cortos, movimientos lentos que poco dejan ver de una pelea entre un héroe y un villano.
Pero no queda ahí. Son sus escenarios, su ambientación, su banda sonora y sobre todo su trama, lo que hacen que esta serie no resulte una serie más de superhéroes. Y la fórmula para dar con ello no ha sido más que mezclar un género cinematográfico con otro. Combinar lo mejor del thriller policiaco con el atractivo de un héroe enmascarado.
Tampoco puedo olvidarme de los flashbacks que nutren la historia de esta serie. Con ellos vemos al personaje en dos etapas de su vida: la de aquél niño ciego que cuidaba de su padre, un fracasado y arruinado boxeador, y la del abogado que es hoy y que se toma la justicia por su mano cuando cae la noche.
La resurección del personaje
Directores como Joel Schumacher, con su esperpéntico Batman & Robin, o como el que hizo el Daredevil de Affleck (que no, que todavía me niego a recordar su nombre). Enterraron a ambos personajes y con ellos su franquicia. Sus descalabros en taquilla y la malísima crítica que cosecharon, provocaron que hasta Hollywood perdiera el interés por hacer películas sobre superhéroes. El género estaba manido. Si bien con el Spiderman de Sam Raimi la cosa pintaba de otro color, no fue hasta el Batman de Christopher Nolan cuando el mundo de los héroes de cómics cobraba una mayor índole.
Fruto de ese cambio de nivel, de esa nueva forma de presentarnos a estos personajes de cómics, vemos a superhéroes como este Daredevil, que no es uno de esos que ni se despeina cuando pelea, sino uno que se ensucia y sangra cuando quiere impartir justicia.
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