Crónica del último día de olas

Sabía que serían las últimas del verano, las miraba atónito, las contemplaba con admiración y asombro, como si las hubiera visto por primera vez. Esa era una mañana especial, y tanto que lo era. Esa misma mañana me despedía de mi playa, hasta no sabía cuándo. Era casi mediodía, y se notaba que estábamos bien entrados en septiembre. La playa se presentaba sin esa multitud de veraneantes y volvía a recobrar esa estampa majestuosa que cada verano se enturbia por la burda presencia de forasteros y turistas que la colapsan y la ensucian. Las olas eran enormes. Como gigantes que aporrean sus tambores, esas olas partían en la dorada orilla y su estruendo anunciaba el fin del verano. Volvía a ser el fin, la melancolía comenzaba a brotar por mis venas y emborrachaba mi mente de no sé cuántos recuerdos. Porque mi vida entera está allí, estaba allí. La sentía como nunca. Montaba a lomos de esas olas que todo amante del surf anhela y dejaba que me llevaran, sin pretender nada más, ni giros, ni técnica alguna, sólo quería surcarlas, que mi cuerpo y mi mente se ensimismaran ante tal esplendor, y sentirme por un instante formar parte de ellas. No sé cuánto tiempo pasó, cuánto estuve dentro del agua, sólo salí cuando me sentí exhausto. Me senté en la suave y cálida arena, y contemplaba con delicadeza la belleza que me rodeaba. Mis lágrimas se mezclaban con el agua salada en la que me había bañado. Soy feliz, me decía, y daba gracias por vivir aquello.

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Le hice esta foto a mi tabla mientras esperaba el autobús. Cargar con ella y meterla dentro me ha hecho vivir alguna que otra anécdota muy graciosa.

16 comentarios

  1. En esta entrada que evoca muchas sensaciones, te dejo mi agradecimiento por el interes de acceder a mis publicaciones. Quizás está demás decirlo pero contigo mis numeros me indicaron que ya somos un centenar ( en teoria ).
    Saludos cordiales y que tengas una muy buena semana.

    14 septiembre, 2015 en 13:57

    • ¡Gracias a ti compañero! Un fuerte abrazo desde España 😉

      14 septiembre, 2015 en 14:05

  2. Aaron Miller

    Buenas Alvaro. Gran entrada y mejor blog. Soy Sergio, de losnombresdelatinta.wordpress.com y querria saber si te llego el correo que te mande o lo borre por error antes de mandartelo.
    Un saludo enorme

    15 septiembre, 2015 en 22:31

  3. ¡Hola Sergio! Disculpa la tardanza, pero acabo de comenzar el nuevo curso universitario y he estado un tanto estresado. Te agradezco mucho la participación en mi blog y, sobre todo, valoro con mucho agrado que demandes mi consejo. Por supuesto he leído tu sugerencia y paso, ahora sí, a contestarte como es debido, como te mereces. Lo haré poco a poco, desgajando tu escrito y parándome a comentar cada punto. ¡Vamos!

    – Un antojo de verano, una experiencia –

    Sergio, ¡así comencé yo! Y me atrevería a decir que la GRAN MAYORÍA, amigo mío. Yo desde bien pequeño practicaba Bodyboard, y si me lo permites, te dejo una entrada donde hablo de esa modalidad: https://anhelarium.com/2013/04/02/el-bodyboard/
    Era la moda de aquellos días, de esos veranos de la década los 90, y todo niño y adolescente tenía su ‘boogie’ y ansiaba llegar a la playa y surcar más y más olas. Hoy día sigue despertando cierto interés entre los más jóvenes, pero nada que ver con aquél furor de los primeros años de esa añorada década inolvidable para mí.

    Y un año, concretamente a finales de 2010, y tras estar muchos años sin practicar Bodyboard, me propuse volcarme en el Surf. Anhelaba volver a sucar olas, vivir esa experiencia, y lo más importante para mí, conectar con el mar como aquél niño que un día fui. Mi entorno es la playa, todo lo que haya en ella, esté con quien esté y como esté, será siempre especial.

    – La edad –

    ¡Nunca es tarde para nada, Sergio! ¡NUNCA! Haz todo lo que te verdaderamente te ilusione, pues eso te hará sentir VIVO. Yo empecé a practicar Surf con 24 años, fíjate. Desde entonces, y más en estos ultimos años que resido en Madrid, surfeo cuando puedo, pero es desde entonces, que el Surf ya es parte de mí.

    No sé cuáles serán tus condiciones físicas, pero lo que más importa son tu condición psíquica. Si quieres, puedes. Y por su puesto a tu manera, y a la manera que puedas. Es cierto que los niños pequeños, al tener esos cuerpos tan menudos, no se ven tan agobiados por la ley de la gravedad y debido a su agilidad/estabilidad, se amoldan a la tabla más rápidamente. ¡El famoso ‘takeOff’ lo hacen prácticamente a la primera!

    – Aguas del Mediterráneo –

    Sergio, los más Mediterráneo que conozco es la bella Málaga, aunque sus playas de bellas no tengan absolutamente nada de nada. En cuanto a calidad del agua/oleaje/arena, son malísimas y feísimas. Y Murcia, la Maga del Mar Menos-Mayor. No he ido nunca por la Comunidad Valenciana ni por Cataluña. Pero no creo que sea muy distinto que Murcia, donde el mar es calmo. Nada que ver con los coletazos que pega el Atlántico. Por eso el mejor sitio para surfear es Portugal, pues le golpea el Atlántico de frente. Y por ende, mi vieja Gades, pues recibe lo que llega de Portugal. Siempre que veo buenas olas en mi ciudad, El Puerto de Santa María, automáticamente pienso en las buenísimas olas que tienen que haber en ese momento en el Algarve (la región más meridional de Portugal).

    Pero supongo yo que algo de oleaje tiene que haber en Valencia y en Cataluña cuando en ambas comunidades autónomas existen escuelas de Surf. Y si hay olas pequeñas, MEJOR, pues te vendrán de perlas para aprender.

    Sergio, ¡ÁNIMO! Y disfruta de los buenos e inigualables momentos que te puede brindar el Surf.

    Para cualquier cosa, aquí me tienes.

    Mis mejores deseos para ti.

    17 septiembre, 2015 en 19:12

  4. Aaron Miller

    Muchas gracias Alvaro. Seguimos en contacto

    Un abrazo enorme

    18 septiembre, 2015 en 14:28

  5. A ti, Sergio 😉

    20 septiembre, 2015 en 12:11

  6. Ha sido precioso! Hasta a mi me apetece aprender a surfear!!!
    Me encanta tu manera de describirlo. Besos acuáticos

    27 octubre, 2015 en 14:16

  7. Nací en una ciudad donde la playa estaba repleta de grandes olas, y por supuesto de surfistas (aquí se llaman surferos, no lo sé), bueno… me encantaba verles sobre las olas, tanta libertad, era increíble… hasta el día que experimenté hacerlo yo. Era maravilloso estar allí en el Atlántico, sintiendo el sol y la suavidad del agua. Así que comprendo lo que significa para ti. 🙂

    27 octubre, 2015 en 19:29

  8. @ Ana

    Muchísimas gracias por tus palabras, Ana. Si te decides, yo estaría encantado de darte unas buenas clases de Surf 😉

    Me halaga que te haya gustado mi manera de exponer lo que me hace sentir. Más besos acuáticos para ti, Ana.

    @ Claudine Bernardes

    ¡Hola Claudine! ¡BIENVENIDA a Anhelarium! Antes que nada, muchísimas gracias por tu participación en mi blog.

    Por tu blog veo que eres portuguesa. Déjame decirte, aunque ni falta hace que lo haga, que es en Portugal donde se encuentran las mejores playas de nuestra Península. Zonas como el Algarve son paradisíacas. Las playas Portugal son de arena blanca, suave y cálida, el agua está a la temperatura perfecta, y el oleaje es el ideal para divertirse y practicar este magnífico deporte. Yo también he tenido y tengo la suerte de haber nacido y haberme criado en un sitio como el Sur de España, en El Puerto de Santa María (Cádiz). Además, crecí frente a una de sus mejores playas. La playa es mi entorno, es el lugar donde más paz encuentro, donde más en conexión con el universo me siento. Crecer en un lugar así te marca de por vida, define tu personalidad.

    Un abrazo enorme, Claudien. Nos seguimos leyendo. Un placer haberte conocido.

    Besos a las dos, amigas 😉

    27 octubre, 2015 en 19:39

  9. «emborrachaba mi mente de no sé cuántos recuerdos», qué precioso, tus lineas y nuestra playa (soy de Chiclana) y es que no hay nada como la inspiración, relajación y tranquilidad que esta te da! Gracias por recordarmelo ahora que la tengo un poco más lejos.

    19 noviembre, 2015 en 16:20

  10. ¡Hola pattbonald!

    Muchas gracias por tu comentario. ¡Y qué bien que seas gaditana! ¡De Chiclana ni más ni menos! Una de mis playas favoritas es la Loma del Puerco, ¡qué agua Dios mío! Yo también la tengo lejos ahora, resido en Madrid desde hace casi cuatro años. Por eso anhelo tanto mi playa, mi mar, pasear por esa arena dorada, surcar olas sin cansarme…Te sigo leyendo en tu blog, será un placer visitarlo asiduamente.

    ¡Muchos besos! Buen fin de semana 😉

    21 noviembre, 2015 en 11:31

  11. ¡Hermoso último día de olas! 🙂

    11 enero, 2016 en 21:57

    • Gracias guapa. Uno nunca se cansa de ellas 😊

      11 enero, 2016 en 21:59

    • ¡Sí! 😉

      11 enero, 2016 en 22:00

    • El mar, las olas, su sonido, la brisa, la arena, las aves que lo surcan, los seres que en él habitan, el cielo que lo enmarca, la Luna y el Sol que lo acompañan; todo su entorno es mágico… ¡Por dentro, por fuera, por donde se le perciba, es majestuoso! Nunca cansa, estoy de acuerdo… Para contemplarlo, para entrar en él, para recorrerlo, para surfear (no sé hacerlo, jeje, pero debe ser una experiencia bastante intensa y agradable)… 🙂

      11 enero, 2016 en 22:16

  12. Para mí no sólo es un lugar maravilloso, la playa es mi entorno, un lugar mágica, es mi sitio de poder.

    Un beso muy grande Lusalo. Gracias por tu amable participación 😉

    12 enero, 2016 en 10:47

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