Helloween – Walls of Jericho [1985] Un disco irresistible
El pasado invierno subí un programa de Milencora, el podcast musical de Anhelarium.com, donde hacía un repaso a la trayectoria musical de Helloween para, entre otras cosas, alabar la versatilidad existente en su discografía. Que su música es distinta según qué etapa es algo evidente, pero lo mejor está en que, en una misma etapa, presentan siempre nuevos matices en cada uno de sus discos. Si os apetece escuchar ese programa, sobre todo si sois fans de Helloween, sólo tenéis que pinchar en este enlace que estáis viendo que os dirigirá al servidor de Ivoox. Pero a lo que iba: estos días de verano he estado escuchando muchos discos que tenía pendientes y otros que acababa de conocer, aunque también he vuelto a disfrutar de viejos y muy queridos discos que tanto me hacen disfrutar y tan buenos recuerdos me traen a la mente. Uno de esos discos ha sido Walls of Jericho, el primer disco de estudio de mi grupo favorito, Helloween.
Este disco no guarda semejanzas con ningún otro lanzamiento de la banda a lo largo de sus treinta años de vida. En 1985, año en el que se publico este disco, Helloween tenía un alma distinta a los Helloween que posteriormente todos conocimos. En 1984 la banda sorprendió a prensa y público cuando participó en un recopilatorio llamado Death Metal creado por un sello independiente llamado Noise Records. Esta compilación pretendía dar a conocer bandas europeas de la escena metalera. En ese disco colaboraron grupos como Running Wild, Dark Avenger y HellHammer. Helloween aportó a ese disco conjunto dos temas: Walls of Jericho y Oernst Of Life. La banda aún estaba por hacer. Fue en 1984 cuando la banda comenzaría a potenciar su imagen, haciendo uso de su logotipo y utilizando calabazas que ayudarían a potenciar su aspecto y publicidad. Ya en 1985 a las filas del grupo se unió Michael Weikath en sustitución de Piet Sielck, quien con los años acabaría fundando la banda Iron Savior. Ahora sí, la banda ya estaba preparada para arrancar por todo lo alto con su primer álbum de estudio. Este primer disco se tituló Walls of Jericho y dejó a toda Europa embelesada por la manera de hacer y presentar su música.
«How Many Tears[…] En poco más de siete minutos, este tema concentra toda la rabia, épica y melodía que encierra el Power Metal que ya por estas alturas del disco, acababa de venir al mundo»
Este disco es irresistible, tiene un sonido muy característico, peculiar, único. La banda, que dos años después, con su segundo disco de estudio titulado Keeper Of The Seven Keys. Part I, crearía todo un estilo musical, el Power Metal, con todo lo que ello ha conllevado hasta nuestros días y habiendo parido dos discos que forman parte de la cúspide del Heavy Metal como son los dos Keepers, en 1985 ya entraban en la escena del Rock duro como un elefante en una cacharrería, marcando además con fuego su sello musical. En ese año lanzaron un EP homónimo que contenía canciones asombrosas como Starlight, Murderer, Warrior, la fabulosa Victim of Fate y Cry For Freedom, canciones que con el paso del tiempo se incluirían en una edición expandida de este Walls of Jericho. Este es un disco que partiendo del Metal tradicional, se embarca aparentemente en un halo de Speed Metal pero que, considerándolo detenidamente, suena más a una suerte de Punk-Metal que a otra cosa. Es un Speed Metal que, si ya de por sí era poco común en aquellos días de mediados de los ochenta del siglo pasado, suena además muy rancio, crudo, sucio, macarra. Era y es el trabajo más punki de Helloween. La banda, con el paso de los años, ha sido la misma en reconocerlo. Recientemente Michael Kiske lo comentó en una entrevista. Pero no hacía falta esperar a que alguno de los miembros de la banda dijera algo parecido. Cualquiera que escuchara este disco en su día, hace años o ahora, sabe que este trabajo tiene una esencia punkarra imposible de negar.
Tras una intro de trompetas que acabaría siendo reconocida por todos como la música con la que se recibe en comitiva a Las Calabazas de Hamburgo por cada rincón del planeta coreando al unísimo ese Happy Happy Helloween, Walls of Jericho da comienzo con un trallazo de canción: Ride The Sky, una de las canciones más identificadas con esta etapa en la que Kai Hansen se hacía cargo de la voz. Con Kiske y Deris en directo esta canción queda soberbia, un tema perfecto para un concierto de puro Heavy Metal, pero es una canción compuesta por y para Hansen, es un tema que le va como anillo al dedo. Es por eso que todas esas canciones como mejor suenan en un concierto, es con el Tito Kai. Actualmente, y mejor que nunca, podemos disfrutar con Pumpkins United de Kai Hansen frente al micro, guitarra al hombro, enamorando a la gente al interpretar estos temas. Ride The Sky, que es toda una masterpiece de la banda, está compuesta íntegramente por Hansen como íntegramente está compuesta por Weiki la siguiente canción: Reptile un tema en el que las guitarras se recrudecen aún más. Guapísimo cómo suena el bajo de Grosskopf en esta pieza. Si bien es cierto que el punk carece de melodía y este disco las melodías asoman la patita muchas veces, el trasfondo recuerda al Punk ochentero que sonaba en los pubs de Inglaterra. Pero por mucho que suene punki, no nos podemos engañar, esto es puro Speed Metal, es el mejor disco de Speed Metal que se ha hecho jamás. Sigamos desgajando el disco y verás que no exagero.
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Guardians también es enteramente obra de Weikath, posee un estribillo épico y muy melódico, un estribillo que si ya has escuchado los primeros discos de Kai Hansen con Gamma Ray, reconocerás que el guitarrista se decantó por hacer estribillos así en su nueva banda. Tanto en la letra como en la manera de ejecutar el estribillo, ya vemos cómo el Power Metal comienza a brotar por los poros de la banda. Quizás sea Guardians el tema germinador de dicho estilo. Parece que cada canción suena aún más rápido que la anterior, Guardians definitivamente es toda una oda al Power-Speed Metal. El quinto tema del disco está compuesto únicamente por Kai Hansen: Phantoms of Death. Es el segundo tema más largo del disco y técnicamente suena aún más impresionante. La manera en la que se encadenan los instrumentos, a esa velocidad, es una auténtica pasada. La canción suena rápida pero mucho más densa que las demás, deja de lado su hebra más melódica y se centra en esa crudeza tan característica de este primer gran trabajo de Helloween. La siguiente pista también corre a cuenta de Kai Hansen, hablamos de Metal Invaders, otro de los temas cuyos primeros acordes vuelven locos a los fans en los conciertos. Con este tema la banda daba otra clase magistral de cómo tocar Speed Metal. Los riffs de guitarra y el estribillo de Metal Invaders son una locura, pero también el trabajo de Kai a las voces, esas estrofas y ese estribillo que le sigue son de obligada escuchar si se quiere entender bien por qué Helloween marcó un antes y un después en la historia del Metal y la importancia de esta banda en la música. El tema que viene a continuación desde luego tampoco se queda atrás. Con otro inicio de lo más identificable con la banda, suena Gorgar, compuesta por Weikath y Hansen. Esta canción, por su letra, siempre me ha recordado a esas pelis de terror cómico tan típicas de los ochenta, donde el típico monstruo de las tinieblas atemoriza a una pandilla de adolescentes que intentan escapar. Si sonara de fondo en alguna de ellas, quedaría estupenda.
Le toca el turno a un emblema del Metal, a otro de sus himnos. Heavy Metal is the Law es todo un cántico a este género musical. «Si no está en tu sangre, no lo entenderás», dice esta canción. Y continúa: «el Heavy Metal no puede ser derrotado por ninguna dinastía, somos magos luchando con nuestro hechizo. Heavy Metal es la ley, que nos mantiene unidos y libres». Quizás suene naíf, pero qué queréis que os diga, la canción mola un huevo y medio del otro. Pero la joya de la corona no es esta canción, sino con la que la banda cerró ese magistral trabajo: How Many Tears. Considero que esta canción es una de las que más han servido de base para las posteriores bandas de Power Metal que tantas veces intentaron, a veces con acierto, otras ni por asomo, emular el sonido de Helloween y más concretamente, a lo creado bajo este título. How Many Tears es un tema impresionante que hace de este álbum sea aún más irresistible. En poco más de siete minutos, este tema concentra toda la rabia, épica y melodía que encierra el Power Metal que ya por estas alturas del disco, acababa de venir al mundo. Si antes dije que Ride The Sky sólo termina de hechizar con Kai Hansen a la voz, debo de ser justo y tengo que decir ahora que este tema, las veces que Andi Deris lo ha interpretado en directo, ha quedado siempre sensacional. Os dejo con una prueba de ello si pincháis en este enlace. La canción es toda una crítica social hacia las guerras y toda la devastación y dolor que provocan en los más débiles e inocentes. La letra, en su parte final, es de vello de punta. Acaba como un mazazo, te deja estupefacto. Pero la letra no es lo único sorprendente, los puentes que se utilizan para pasar de una estrofa a otra, y de éstas al estribillo, son grandiosas además de que, los instrumentos, cómo suenan, reflejan el dramatismo de esta canción. La voz de Kai Hansen es otro espectáculo. Apenas dos años después del lanzamiento de este disco, Kai Hansen sería sustituido por Michael Kiske a la voz y éste haría de esta canción algo portentoso, como con los años acabría igualmente haciendo Andreas Deris. Ya es cuestión de gustos con qué cantante te llega más esta canción. Pero de lo que no hay duda es que este Walls of Jericho es uno de los mejores discos de la historia del Metal, es el disco que indicó el camino que seguirían tantas y tantas bandas que a su vez, también nos sorprenderían con trabajos espléndidos, pero pocos, muy pocos, como este, Walls of Jericho, el disco con el que en aquél lejano año de 1985, debutaron Las Calabazas.
Seguid disfrutando de este gran verano, amigos míos. Un fuerte abrazo a todos.
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Esta entrada fue publicada el 29 agosto, 2018 por Álvaro Rojas. Se archivó dentro de Música y fue etiquetado con Heavy Metal, Helloween.
3 comentarios
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Para mi este disco se acerca mas al Thrash que al Power Metal. Es el disco más potente de Helloween. Buena reseña, saludos.
6 junio, 2020 en 15:35
¡Hola Gabriel! Bienvenido a Anhelarium y muchas gracias por tu comentario. Estoy contigo en que este es el disco más rápido y pesado de Helloween, su sonido es muy contundente, suena como una auténtica apisonadora, jaja.
Un saludo.
6 junio, 2020 en 15:46
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