Helloween – Chameleon [1993]
Es el disco más controvertido de la banda, por el cambio radical en su sonido y por lo que supuso para la trayectoria del grupo en sí. Un disco odiado por la mayoría y elogiado por muy pocos. Un disco muy incomprendido, como incomprensible fue el giro tan drástico en el estilo musical de Helloween, donde no sólo se distanciaron del Power Metal que ellos mismos se encargaron de concebir y presentar al mundo entero, sino que se alejaba directamente del Heavy Metal. Chameleon marcaría un antes y un después en Helloween. Este disco provoca que la banda se despedace, y no sólo en lo musical, sino en lo personal. Este sería el último disco de Michael Kiske en Helloween, como también lo sería para el batería Ingo Schwichtenberg, que dejaría la banda por sus problemas mentales y su adicción a las drogas. Ingo sufría esquizofrenia, no podía actuar con el grupo, la depresión se hizo mayor y dos años después, en 1995, se suicidó lanzándose a las vías del metro. Dicen que llevaba puesta una camiseta de Helloween cuando lo hizo. En paz descanse. Simboliza sin duda el fin de una era. ¿Simbolizaría también el fin de la banda? Muchos pensaron que sí, pero ocurrió todo lo contrario en 1994 con la llegada de Andreas Deris y ese disco, Master Of The Rings. Pero a partir de ahí, es otra historia.
La portada de Chameleon ya hacía presagiar a los fans que algo raro pasaba. Para mí, no es una portada tan horrorosa como muchos dicen. Pero es que estos Helloween de 1993 ya nada tenían que ver con los de los Keepers. Absolutamente nada. Posteriormente, gracias a entrevistas que los miembros de la banda concedieron a lo largo de los años venideros, se supo que ninguno estaba contento con la dirección musical que había tomado la banda. Kai Hansen había dejado Helloween pocos años atrás, en 1989. Para Kai, Helloween se alejaba de lo que él había ideado. Michael Weikath y Michael Kiske tomaron el timón del barco, y en ambos recaería el peso compositivo a partir de entonces. Weikath lamentaba el giro que había dado la banda desde Pink Bubbles Go Ape en 1991 y había perdido el control del grupo del cual él era el líder. Y Kiske, cada vez sentía más desapego por el Heavy Metal. Entre un ambiente tenso y enrarecido por notables diferencias entre los miembros del grupo, publican Chameleon. ¿Quisieron alejarse del Heavy porque veían que ya no pegaba tanto como antes? Recordemos que era la época en la que el Grunge se abría camino a pasos agigantados. El foco de atención ya no estaba puesto exclusivamente en el Hard Rock y el Heavy Metal como en los años ochenta. Sea como fuere, Michael Weikath llegó a decir que la banda casi muere en esos días. Habían perdido a muchos fans y tenían que retomar de alguna manera esa senda de la que, por una razón u otra, se habían extraviado.
Muchos grupos legendarios han experimentado con su música, y como melómano, es algo que yo personalmente no lo veo mal. El problema aquí es que Helloween quizás experimentó demasiado pronto. Acababan de deslumbrar al mundo con sus Kepeer Of The Seven Keys Part I y Part II, y aun alcanzando una gran popularidad, aún les quedaba para consagrarse y afianzarse como una banda gigante, de esas que jamás pierden seguidores hagan lo que hagan y pase el tiempo que pase. Quizás si Chameleon hubiese sido un disco en paralelo a otro del calado de los primeros, pero no, parecía ser el nuevo rumbo musical de la banda. De hecho lo era. Y a las pruebas me remito, cuando Helloween a finales de 2009, poco antes de anunciar su 7 Sinners, lanzó Unarmed, un disco experimental en el que llevaron sus canciones más emblemáticas a otros terrenos musicales, nadie se rasgó las vestiduras. Era simplemente eso, un disco anecdótico y desenfadado. Pero no fue así en aquellos días de 1993. La banda estaba de capa caída, sin ideas y, sin mucha visión de futuro.
Han sido muchas las veces que he sentido el impulso de escribir sobre Chameleon. Los que me conocen saben de mi pasión por los de Hamburgo, es mi banda favorita, y después de siete años con este blog, ya iba siendo hora de que me pusiera manos a la obra con este disco que a mí, os confieso, me entusiasma. Mi etapa favorita de Helloween son los años con Andreas Deris al frente, pero soy un incondicional de la banda al completo y disfruto como loco con todos y cada unos de sus discos. Y este Chameleon desde el primer momento me gustó y lo consideré una obra a valorar. Es un buen disco de Rock. El problema con este disco es que está estigmatizado de por vida. Pero es un disco que firmarían muchas otras bandas e infinidad de músicos. Chameleon posee una gran calidad técnica y también compositiva, no es un disco hecho a lo loco. El problema es en el momento en el que fue concebido. Apreciamos en él un gran trabajo a las cuerdas por parte de Weiki y Grapow, ambos, dos virtuosos de la guitarra. Y qué decir de Kiske. Él es un sello de calidad, su voz, una de las mejores de la historia del Heavy Metal (y me atrevería hasta decir que del Rock), se luce como siempre y pone los vellos de punta. Pero no sólo derrocha calidad con su voz, sino en la composición, pues cuatro de los temas que componen el disco llevan su firma y, creedme, son los mejores. Kiske dejaba ver a todos en qué campo se sentía mejor jugando. Este trabajo oscila entre diversos sonidos, llegando a momentos algo progresivos, pero su base es el Hard Rock y el Pop. Chameleon comienza con el tema First Time, el tema más rockero y rápido del disco. Compuesto por Michael Weikath, es un tema que recuerda los momentos más Happy Metal de la banda, algo muy distintivo en ellos. Es rápido, con buenas guitarras y estribillo más que decente. La canción recuerda a los temas que alberga Pink Bubbles Go Ape, y de hecho, podía pasar perfectamente por un tema de ese disco. Suena igual. Es a partir de la segunda canción donde encontramos a unos Helloween difíciles de reconocer. When The Sinner es el single elegido para presentar Chameleon y fue Kiske quien lo compuso. Para los que hayan explorado los discos en solitario de Michael Kiske, podrá comprobar cómo era esto lo que él anhelaba hacer. Este tema me recuerda a los temas de sus primeros discos, sobre todo al Instant Clarity, publicado en 1995 o Readiness To Sacrifice, de 1999. El tema se caracteriza por la utilización de instrumentos de viento y arreglos orquestales que la hacen atípica como poco para una banda como Helloween que venía haciendo lo que venía haciendo. El tema además posee un buen solo de guitarra.
Le sigue I Don’t Wanna Cry No More, compuesta por Grapow. Durante años he mantenido mi deseo de escuchar este tema en directo, pero el tema de los créditos hace que sea imposible. Grapow dejó la banda por culpa de Weikath, que lo echó a él y a Uli Kusch de una manera algo rastrera (enviándoles a ambos unos emails donde les comunicaba que prescindía de sus servicios) y claro está, escuchar esta canción se hace harto difícil. Mantuve durante mucho tiempo mi deseo de escucharla en la voz de Andi Deris, que sin ser este mejor vocalista que Kiske, a las baladas les impregna mayor sentimiento. Es un medio tiempo que cumple con creces. Esas guitarras acústicas dotan a la canción de un ritmo atractivo y el estribillo y la letra resultan muy melancólicos y melosos. Helloween tiene temas de este corte con mucho más feeling, pero este tema lo disfruto bastante. Es de los mejores temas que contiene Chameleon. Cuarto tema del disco, Crazy Cat, de nuevo de Roland Grapow, un tema jazzero y gamberro que lo pongo en un pedestal por la labor en las cuerdas, que me parecen un prodigio por cómo suenan. No es un gran tema, pero se deja escuchar.
Giants, compuesta por Michael Weikath, sí la tocaron en directo estando ya Andi Deris como frontman del grupo en su gira del Master Of The Rings. Con Deris suena de escándalo, lo siento por los más acérrimos de Kiske, pero creo que Giants es la única canción de la era Kiske que Deris mejora. Esto no quiere decir que con Kiske no me guste, todo lo contrario. Son dos cantantes muy distintos, dos registros muy distintos, y con los dos, el tema es portentoso, pero el halo que le impregna Deris me emociona más. Este tema mejora en su segunda mitad, aumenta el tempo y por supuesto, el final que aporta Kiske es bestial. Él y sus vibratos, únicos. Kiske es el cantante más imitado y nunca igualado que conozco dentro de la escena metalera. Impresionante. Windmill es el siguiente tema del álbum, una nana compuesta por Weiki. Sí, leen bien, es una nana, y ellos mismos lo reconocen. Fue compuesta con esa intención. Llamadme ñoño, pero a mí me encanta. Esta es ya la segunda balada que nos encontramos en el disco y disfrutamos de la armoniosa voz de Kiske en sus estribillos, apreciando los cambios de registro que tiene este hombre en su voz. Aumentan los decibelios con Revolution Now, otro tema de Weikath y que lastimeramente no han vuelto a tocar en directo. Me encandilaría escucharla, es el tema con más fuerza del plástico e intuyo que sería de lo más coreable en directo. Este tema vuelve a encerrar en su interior otro gran trabajo a las cuerdas, Roland y Weikath se lucen que da gusto. Con In The Night vuelve Kiske a las riendas en la composición. De nuevo Kiske nos deja una prueba de lo que sería su trayectoria como solista. Es un tema nuevamente muy atípico y, sobre todo, osado a sabiendas de quiénes los escucharían.
Llegamos a las últimas canciones de Chameleon con un tema épico que no han sabido sacarle más partido, una pena. Music es un tema portenoso, de un trabajo técnico sobresaliente. Compuesta por Roland Grapow, creo que por todo lo que abarca, es el tema más meritorio del disco. Por la labor de Kiske, las tremendas guitarras que suenan, la energía en los parches de Ingo, las notas de teclado y esos toques progresivos. Una maravilla de canción. Step Out of Hell descorre las cortinas del Rock más progresivo. De nuevo es Grapow quien está detrás de esta canción, un tema enérgico y arrojado. Es comprensible la reacción de muchos fans. Si no llega a ser por la reconocible voz de Kiske, nadie diría que está sonando Helloween. Roland consiguió encauzar su carrera musical fundando Masterplan junto a su amigo Uli y dejando grandes discos para la historia. Lástima que la gasolina se le haya agotado desde hace ya años. Es un buen compositor y lo ha demostrando con creces.
I Believe es el mejor tema de Helloween compuesto por Kiske. Eso otro tema glorioso. Para mí está difícil elegir qué tema es el mejor. Pero entre Music, I Believe y Longing, está la cosa. El cometido de Kiske en la composición de esta canción es extraordinaria, pero más lo es su voz en ella. Es un derroche de talento y sentimiento. Puedo afirmar que es la balada en la que más sentimiento pone Michael Kiske de todas las que le he escuchado. Y cerrando este Chameleon, Longing, donde Kiske nuevamente es el compositor. ¿La canción? Yo me atrevo a decir que es de las mejores de la etapa de Kiske en Helloween. Longing mantiene la expectación y oscila entre unos pasajes instrumentales sorprendentes. Esta canción, como alguna de las anteriores, no suena a Helloween, pero son grandes temas de Helloween. Existen caras b de Chameleon, temas bastante desenfadados y muy hard rockeros como I Don’t Care You Don’t Care o Ain’t Got Nothin’ Better la cual me gusta bastante. Y las instrumentales, la blusera Red Socks and the Smell of Trees y Oriental Journey. Roland acostumbraría en Helloween a delitar en los b sides con temas instrumentales.
¿Qué hubiera pasado si …
…con esta formación Helloween hubiera seguido en esta senda musical?
Ese ‘¿Qué hubiera pasado si…?’ es desde luego infinito y abierto a mil conjeturas. Quizás Helloween hubiera lanzado más discos de este calibre, pero desde luego, con el tiempo se habría convertido en una de esas bandas que en sus conciertos no congregan a más de cien personas en un bar. O quizás, se hubieran convertido en una banda tributo a Duncan Dhu. Ahora en serio, dada la situación de la banda, poco futuro se les veía juntos.
…siguiendo con Kiske y Roland en la banda, hubiera vuelto a la senda del Power Metal?
Por supuesto tampoco lo sabremos. Pero de ser así, seguro que hubieran parido grandes discos, porque calidad para ello había, y de sobra. Pero lo que no habían eran ganas y buen rollo entre ellos. Era el fin de una época. Era renovarse a morir, y la solución por todos es conocida. Quizás si no hubieran tomado la decisión de seguir adelante con un nuevo cantante como fue con Andi Deris, la banda alemana Helloween hubiera dejado de existir por el rechazo de sus fans y la desgana de sus integrantes.
¡Larga vida a HELLOWEEN!
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Helloween y su disco 7 Sinners |
Unarmed – The Best Of (2010) |
Mi etapa favorita de Helloween | Better Than Raw – El mejor disco |
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Esta entrada fue publicada el 25 octubre, 2016 por Álvaro Rojas. Se archivó dentro de Música y fue etiquetado con Heavy Metal, Helloween, Michael Kiske.
15 comentarios
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Has elegido unas buena fechas para hacer tu entrada,, , , al parecer este grupo quería buscar nuevos colores y salir del negro y por eso aposto por esa portada tan colorida .
Saludos y este fin de semana a escuchar mucho Helloween mientras vacías las calabazas
(aunque no creo que te den muchas bribooón)
25 octubre, 2016 en 18:18
Hola. No conocía tu blog y esta es mi «primera impresión». Vaya por delante que yo viví enganchado a los Keepers y la huída de Hansen me sentó a demonios. Este álbum directamente lo odio. Pero, leída tu larga alabanza, procuraré volver a escucharlo. Igual uno de los dos hemos madurado lo suficiente para re-encontrarnos. Un saludo.
25 octubre, 2016 en 18:30
para mi el peor de la era kiske,pero con las escuchas gana,esta claro que no es sonido helloween.le dejo en un aprobado sin mas.
25 octubre, 2016 en 20:45
@ Vidal
Hola amigo, sí, dentro de muy poquito es JALOGÜIN jaja. Me encanta esta fiesta. Hace unos tres años me disfrazé de black metalero, to cantoso, jajaja. Este disco les mató, así de sencillo. Perdieron el norte, y como buenos compositores, no sacaron un mal disco, pero no era el disco que necesitaban. Con raón Weikath hizo esa criba y remodeló el grupo. Menos mal que consiguieron resucitar. De no ser así Helloween no existiría y no habríamos podido disfrutar de discos como Better Than Raw, Time Of The Oath, Gambling With The Devil, etc.
Y no creas, últimamente me dan muchas calabazas, jajaja.
Un fuerte abrazo, Vidal 😉
@ Rockología
¡Bienvenido! Muchas gracias por tu visita y por tu comentario. Ya me dirás qué te parece volver a escucharlo. Un es disco bonito, lejos está de parecerme el truño que muchos piensan que es.
Un saludo.
@ Roberto Martínez
Bienvenido Roberto, gracias por participar. A mí a la primera escucha ya me gustó, pero cierto es que con las sucesivas, gana más, alberga verdaderos temazos, Longing y I Believe son una maravilla. Cuídate, y gracias de nuevo.
26 octubre, 2016 en 6:52
El windmill es la nana que le pondré a mis hijos para dormir
26 octubre, 2016 en 7:29
La gente que dice que no es un buen disco no se lo ha escuchado entero… Tiene grandes temas como First Time, When The Sinnner, Giants, Revolution Now o Step Out of Hell… En definitiva es un gran álbum de la banda.
26 octubre, 2016 en 10:33
Yo lo escuché con desagrado y lo olvidé, seguramente no sea tan malo, pero después de los keepers era difícil asimilarlo. Sin ser malo, tampoco me entusiasmo el «Heading For Tomorrow» de Kai Hansen. Después de esto Helloween siempre me pareció un grupo notable, desde la perspectiva de un grupo nuevo. La voz de Deris me gusta aunque en directo no consigue algunos registros que tanto me llaman la atención en los discos. Para mi gusto, han creado discos muy buenos con algunos altibajos, uno de mis favoritos es » The Dark ride», un tanto oscuro, pero también con melodías bien construidas y creativo, donde se nota la mano y cabeza de Roland Grapow.
26 octubre, 2016 en 12:12
Desde la perspectiva que crea el tiempo nos otorga mirarlo desde la madurez musical que cada uno ha obtenido a lo largo de los años desde su publicación y lo vemos con otros ojos y lo escuchamos con otras orejas. Claro está, que esto por aquella época nos parecía inaceptable para ser Helloween, máxime cuando en los albores del grunge algunos ya solicitabamos escabullirnos de esa música apta para suicidios en cadena. Como en muchos otros casos si éste disco no llevara el nombre de Helloween hubiese sido tratado de mejor manera, pero también pudiese darse el caso que de no llevar ese nombre hubiera pasado desapercibido. En el presente el disco se deja escuchar e incluso es agradable. Se redescubren ciertas canciones y se aprecian más, por que en ellas hay música con calidad y elegancia. Kiske ya tenía otras miras y pretendia llegar a jugar en otra liga. Me atrevería a decir que quitando alguna canción es un disco que Kiske grabaria hoy en día, por lo tanto podriamos decir que es un disco adelantado a su tiempo, como dejas entrever en tu texto Álvaro. Y qué coño, gustandome varios discos con Deris, hasta que les perdí la pista, hay más música en el tema «Music» que en todo lo grabado con Deris posteriormente (podéis apedrearme)
26 octubre, 2016 en 16:09
Vaya por delante que nunca he sido fan de las calabazas. Recuerdo la revolución que supuso el,Walls of Jericho, un disco que en la época fue etiquetado como trash metal. Luego vendrían los legendarios Keepers (personalmente me quedo con la segunda parte) y tal vez estos fueran los culpables de la mala prensa de este Chameleon que apenas he escuchado y no creo que me ponga a ello.
Es uno de esos discos malditos o discos olvidados que como el buen vino tal vez haya mejorado con los años o no se vea (escuche) con los prejuicios de antaño donde éramos un poco talibanes del metal (only metal, only metal) Creo que alguien que se acerque por primera vez a Helloween lo pueda saborear de otra manera.
Un abrazo quillo.
27 octubre, 2016 en 18:36
@ Oze Lín
Buenísimo tu nick 😀
Si algún día tengo la fortuna de tener un retoño, yo también se la pondré 😉
Gracias por comentar, Oze, y bienvenido!
@ Christian
¡Es que es un gran disco de música! Bienvenido y gracias.
@ Ramón
Bueno bueno, eso último que has dicho de Deris no te lo perdono, eh? jaja. Bienvenido Ramón, y gracias por tu comentario. Creo que era un época en la que los jóvenes se encasillaban más, caían en ese sectarismo estúpido. Yo jevi, tú punki, tú…Si te das cuenta, en estos últimos años, es todo lo contrario. La juventud en su mayoría, la que se interesa al menos por la buena música, ansía escuchar cada vez más variedad de música. Desde ahora años la moda ahora es ser un erudito en estilos y subestilos de música, para que me entiendas. Sea postureo o no para muchos, el caso es que incita a conocer más y apreciar más y mejor la música.
@ Salva
Hola guapísimo. Ya sé que no las calabazas nunca han sido de tu devoción. Dales algún día una oportunidad, pichón 😉
¡Gracias a todos por participar en Anhelarium!
29 octubre, 2016 en 2:41
Viene otro ñoño. Está visto que tenemos muchas cosas en común. y es que además de todos los gustos compartidos contigo, apreciado tocayo, está también ‘Windmill’.
30 octubre, 2016 en 16:00
¡Tocayo! Todo un placer verte de nuevo por Anhelarium. Me alegro que este disco sea de tu agrado y, sobre todo, esa canción tan bonita (y tan ñoña, jaja). Muchas gracias por tu comentario, amigo mío.
30 octubre, 2016 en 20:05
A mí este disco me gusta bastante. No es raro que los fans lo machacaran por el cambio que da (aunque como bien apuntas, muchísimos grupos cambiaron radicalmente en aquellos años, los que venían de los 70 en los 80 y los que venían de los 80 en los 90), pero también es cierto que hay muchos fans de los Keeper y no de Helloween.
También me da un poco de rabia cómo ha quedado la historia, con Kiske de cabeza de turco, como si los hubiera obligado a cambiar de estilo. Ahí mismo indicas quién compuso cada canción y quién es el jefe del asunto. De hecho, la moñada más moña es de Weikath precisamente. Weiki parece que siempre ha hecho las cosas así: deja que los demás lleven el estilo del grupo y cuando ve que se han pasado, los larga. Ya pasó con Roland y Uli, que «iban llevando» al grupo hacia sonidos oscuros y cuando el Dark Ride, Weiki ya consideró que era demasiado oscuro. ¿Acaso no estaba en el estudio cuando se grababan las canciones? ¿Es que no escucha sus propios discos?
En fin. Un gran disco, le pese a quien le pese.
15 noviembre, 2016 en 9:41
Gracias por tu comentario Pableras, me alegra verte de nuevo por aquí. Tienes mucha razón en lo que dices, absolutamente. Primero, que hay mucho fan (de esos bien entraditos en años) que lo son más de los Keepers que de Helloween en sí. Y lo que comentas de Weikath…Puf! Muchas veces he pensado en la paciencia que Andi ha tenido y tiene que tener al estar tantos años junto al chalao este. Si han estado tanto tiempo juntos es porque Andi lo ha sabido domar o capotear bien. O porque Weikath sabe que Andi es Helloween desde el mismísimo año 94.
¡Un abrazo Pableras!
15 noviembre, 2016 en 11:59
solo pienso que es un disco de glam metal?
13 marzo, 2021 en 16:05